Rafael Salomón
Comunicador católico

La aceptación


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Es tiempo de Adviento, momento para reflexionar acerca de temas como la aceptación. El día que dejé de luchar por vivir y comencé a aceptar las cosas como son, sin cambiarlas, simplemente así, tal cual. Fue el momento en que me descubrí más feliz, se fueron las cargas y comencé a entender mucho más la vida. Y es que, me encontré tratando de cambiarlo todo, de modificarlo y hasta de transformarlo.



Qué complicado es tratar de entender la vida tal cual es, con sus matices y con sus formas tan caprichosas, lo entendí muy tarde; las cosas y situaciones son así y con ellas debemos aprender a resolver cada problema que se presenta en nuestras vidas. Qué liberador es simplemente soltar y tratar de comprender que a veces no existe la manera correcta de comprender todo aquello que nos rodea, se trata de aceptar como es, todo aquello a lo que llamamos frecuentemente: “sentido común”.

Más allá de nuestras perspectivas

Se trata de entendimiento y madurez que va más allá de nuestras perspectivas, enfoques y encuadres, sin pretender que sean diferentes. Aceptación total, algo de lo que pocos estamos dispuestos a asumir con paz y tranquilidad, no se trata simplemente de decir: Sí. Aceptar la realidad es el primer paso para reestablecer el equilibrio en nuestra vida. Es despertar a la realidad, no todos piensan de la misma manera en la que yo lo hago y eso genera en mí una cantidad de emociones estresantes y destructivas que me alejan de la verdadera paz.

Si tan solo pudiéramos comprender este razonamiento tan valioso de la vida, dejaríamos de sufrir innecesariamente, caminaríamos entre las diferencias y valoraríamos mucho más las diferentes formas de ser de nuestros semejantes. No es solo una actitud “derrotista o mediocre”, más bien deberíamos verlo como una gran oportunidad, no desear cambiar nada, ni a nadie, aceptar con la paz y calma que eso nos da.

mujer optimismo 

Nada sencillo para quienes desean las cosas a su forma, manera y modo, causará mucho dolor a quienes ven la vida con sus propios ojos y quieren que las cosas sucedan de cierta manera. Dejé de luchar contra todo lo que está fuera de mí y comencé a vivir libre, con la aceptación de que me guste o no, descubrí que: todo lo que está fuera de mí es así.

Comencé a ver la belleza desde una nueva óptica. Ya no quiero controlarlo todo, quiero asombrarme con las diferentes formas de ser, opinar y de responder, al fin y al cabo, la vida tiene muchas formas ¿Por qué me he empeñado en modificarlo solo con mi punto de vista? Sería reducir todo a mi entendimiento y eso es injusto para tanto mundo, aunque solo tenga cinco letras.

La aceptación implica dejar de identificarnos con determinadas situaciones y, sobre todo, liberarnos de los sentimientos que nos dañan. Ya lo expresé, se trata de una actitud madura para enfrentar la vida y observar desde una perspectiva diferente las situaciones que nos generan desilusión, tristeza o dolor interior. He aceptado el presente tal cual, como es, sin modificaciones que me hagan esperar un futuro que tal vez no sea lo que he esperado, esto reduce potencialmente mi insatisfacción y me permite disfrutar la vida plenamente.