Enrique Lluc
Doctor en Ciencias Económicas

La autorreferencia y el espíritu del economicismo


Compartir

Acaba de salir al mercado mi último libro: ‘El espíritu del economicismo’. Aunque ya he tratado en este blog muchas de las cuestiones de las que hablo en el libro, creo que es momento de presentar a los lectores cuáles son las claves de esta, mi nueva obra. En este blog me tengo que ceñir a cuatrocientas palabras en cada artículo, lo que hace que tenga que ser conciso y preciso para poder condensarlo lo que quiero decir en tan breve espacio.



Sin embargo, un libro ofrece mayores posibilidades de complejidad y de tratar los temas con paciencia, sin prisas, explayándose en ejemplos y en razonamientos imposibles en el blog. Además, creo que el comienzo de año es buen momento para pedirlo a los reyes magos, ya sea para sí mismo o para sorprender a otra persona. Regalar libros creo que es algo mágico porque su lectura nos permite aprender, sorprendernos, soñar, viajar, emocionarnos, y todo, sin necesidad de movernos de nuestra casa.

Libros1 1

Algunos ya habrán notado la referencia del título. A principios del siglo pasado Max Weber escribía un libro titulado “La ética protestante y el espíritu del capitalismo”. Mi texto hereda la segunda parte de este título pero pasa a referirse al economicismo, en lugar del capitalismo. Los lectores asiduos de este blog ya están familiarizados con la idea que vengo defendiendo de que lo que domina nuestra sociedad en la actualidad, no es una organización capitalista, sino una organización economicista. Creo que este es el concepto que mejor nos permite entender fenómenos como el socialismo de mercado que promueve en estos momentos China y su engarce con la realidad capitalista de nuestro países.

Una pseudoreligión

Por ello, en el libro comienzo contestando a una primera cuestión ¿Qué es el economicismo? Las primeras líneas nos permiten entender esa creencia que está detrás de las principales decisiones económicas en la actualidad. Porque tal y como decía Ortega y Gasset “Las ideas se tienen, en la creencia se está” y esto es lo que sucede con el economicismo. Se trata de una fe en que las cosas son de una manera que nos lleva a priorizar aquello que creemos que es más importante para nuestra sociedad. La descripción del economicismo en este primer capítulo nos muestra una creencia que se comporta como una pseudoreligión.

Por ello el economicismo es tan potente. Porque no se mueve en el campo de las ideas, de la ciencia, sino que es una creencia previa en la que se está, en la que se instalan las personas de manera que organizan su comportamiento y sus instituciones siguiendo sus dictados. Comprender qué es, como se comporta, qué efectos tiene en nosotros, para entender porque se generaliza tanto, por qué es tan atractivo y tan seductor, es tan solo la primera parte de este libro.