La crisis llena las iglesias


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Pepe LorenzoJOSÉ LORENZO | Redactor jefe de Vida Nueva

“Al final, ni plan pastoral ni nada: lo mejor para la Nueva Evangelización va a ser el paro, la flexibilización del despido y la desesperación del personal…”.

Le he oído al presidente del Santander decir que los bancos no dan créditos porque no hay una “demanda solvente”. Con la que está cayendo, la declaración de Emilio Botín es un ejemplo palpable del razonamiento en el que viene insistiendo en los últimos tiempos Benedicto XVI cuando afirma que esta deconstrucción económica y social es, sobre todo, una crisis ética y de valores.

Y resulta, además, una opinión insolvente desde el punto de vista cristiano, por mucho que luego la entidad bancaria sostenga mil y un convenios con distintas diócesis e, incluso, que su todopoderoso patrón haya puesto su cara y patrimonio para ayudar a llegar a buen puerto a la JMJ del pasado verano en Madrid.

Los insolventes de Botín que salen de sus sucursales con las manos vacías son ahora los que llenan de nuevo los templos y los comedores de la Iglesia, a donde acuden sin más nómina que la de ser hijos de Dios ni mayor aval que el de ser, simplemente, el prójimo de quien les atiende y escucha. Lo confirma el CIS, que asegura que han aumentado en algo más del dos por ciento las personas que asisten a la misa dominical.

Muchos de estos “conversos” van a implorar a lo alto por su trabajo, el del hijo, la nuera, el nieto, el padre o la madre, o el de ambos…Tantos años de congresos, jornadas, simposios y demás para tratar de llenar de nuevo las eucaristías de doce, y ha tenido que ser la crisis, previa invocación a santa Bárbara, la que obre el milagro.

Al final, ni plan pastoral ni nada: lo mejor para la Nueva Evangelización va a ser el paro, la flexibilización del despido y la desesperación del personal.

¿Será parte de esta sibilina estrategia el silencio eclesial ante medidas tan rotundas del nuevo Gobierno como la de la reforma laboral recién aprobada, que marca un antes y un después con respecto a los avances alcanzados durante décadas, y que devuelve un poquito más a las personas al concepto de simple mercadería?

A efectos contables, hoy tan en boga, incluso resultará positivo que se vacíen las empresas para que se llenen las iglesias. Si nos conformamos con eso, claro.

En el nº 2.789 de Vida Nueva.