Fernando Vidal
Director de la Cátedra Amoris Laetitia

La diplomacia de los puentes


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Sería muy inspirador que cada diócesis invitara a una vigilia y un encuentro fraternal con rusos y ucranianos, ortodoxos y católicos. No para debatir, sino para reencontrarnos en lo esencial. Sería un gesto esperanzador y, quien sabe, el inicio de otra cosa que no sea pedir más balas.



El Foro de Valores Comunes, organizado por la Liga Musulmana Mundial, reunió en la primavera de 2022 a representantes de las religiones del mundo, incluida la Santa Sede. Su visión sobre las responsabilidades de los creyentes queda reflejada en la Declaración de Valores Comunes (disponible en themwl.org). En ella hay una potente llamada a que los seguidores de los distintos credos practiquen la “diplomacia de los puentes de paz” en todos los conflictos del mundo.

Liga Musulmana

En la grave invasión rusa de Ucrania, esa llamada a la responsabilidad de los creyentes resuena con especial importancia. Dado el relevante papel que juega el cristianismo en ambos países y todo el entorno implicado, las tradiciones cristianas están llamadas a buscar imaginativa y tenazmente la paz. Incluso los más pequeños gestos pueden convertirse en inspiración, sobre todo cuando parece que solo las armas tienen la palabra.

Caminos para la paz

Como en todo conflicto, la diplomacia de los puentes busca poner los rostros de las personas por delante de las máscaras que les atribuimos; quiere dar voz a los abrazos y quiere escuchar el silencio compartido; confía en la oración y la plegaria cuando parece que no hay esperanza para la paz. La diplomacia de los puentes tiende miles de encuentros fraternales, incluso entre enemigos, aunque sea para no rendirnos a la impotencia y la violencia. Es dejar hablar a la vida de cada uno, escuchar los corazones, acariciar y no golpear. Es crear un tejido profundo que permita construir caminos para la paz.

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