MIÉRCOLES. Formación sobre comunicación para los seminaristas de Madrid. Mesa redonda. Se me escapa alguna coletilla impositiva: “Cuando seáis curas, tenéis que…”. “Como párrocos, debéis…”. Consejos para ti que para mí no quiero. Pero no solo. Inercias que dejan entrever algo más que un clericalismo verbal adquirido que aísla al sacerdote de la grey y le deja solo. A Dios gracias, no lo perciben así. Me doy cuenta a tiempo. Llamada al liderazgo compartido. Comunidad corresponsable que trabaje mano a mano. Llamado a llevar cayado, no vara. Pastor, con su pueblo. El pueblo, con su pastor.
- DOCUMENTO: Texto íntegro de la encíclica ‘Fratelli Tutti’ del papa Francisco (PDF)
- LEE Y DESCARGA: ‘Un plan para resucitar’, la meditación del papa Francisco para Vida Nueva (PDF)
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SÁBADO. Firma de la encíclica. Retransmisión online. La sencillez del Poverello en un papa que se presenta sin mitra en la capilla. Puesta de largo austera, no solo por la pandemia. Tampoco hay homilía. Que hable el silencio. O mejor. Que hable Dios en ese silencio de Asís.
DOMINGO. Propiedad privada. Libre mercado. Guerra justa. Embobados con palabras que llenan titulares. Hasta que alguien hackea mi proceder. Me empuja hasta el número 85 de ‘Fratelli tutti’: “Cristo derramó su sangre por todos y cada uno, por lo cual nadie queda fuera de su amor universal”. No por muchos. Provocación que pasa desapercibida.
MARTES. Por la mañana, obispos que vienen y van. Movimientos en el tablero que algunos hubieran querido demorar ‘sine die’. Pero la edad manda. A esos mismos les preocupa que siga sin relevo la plaza que ya daban por ocupada. Ya buscarán otro candidato predilecto para intentar remozar la terna que consideran ahora maltrecha.
Por la tarde, webinar de la Fundación Pablo VI. José Ramón Amor Pan presenta libro. Bioética en tiempos del Covid-19. Los mayores, un macabro negocio. Se deja caer que hay asilos que han preferido pagar los 6.000 euros de sanción por no tener un médico contratado, porque sale más rentable que la nómina del doctor. “Hay pecados por omisión también en residencias confesionales. Debemos entonar el mea culpa”, lamenta el coordinador del Observatorio de Bioética y Ciencia de la Fundación. María Rosa Arroyo Castillo, vicepresidenta general del Consejo General de Colegios de Médicos de España, no se queda atrás en su balance de la segunda oleada de la pandemia: “No ha habido una apuesta por la salud pública. Se podría haber evitado que la política tuviera una gran injerencia”. Dicho queda.