En nuestra última oportunidad de reflexionar juntos sobre el acompañamiento, planteamos la ruta de concentrar nuestra atención en una propuesta básica de cinco habilidades básicas de acompañamiento con las cuales beneficiar el desarrollo personal de los agentes de pastoral.
- DOCUMENTO: Texto íntegro de la encíclica ‘Fratelli Tutti’ del papa Francisco (PDF)
- LEE Y DESCARGA: ‘Un plan para resucitar’, la meditación del papa Francisco para Vida Nueva (PDF)
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En esta ocasión, comenzaremos la primera de cinco entregas para profundizar un poco más en las habilidades básicas que hemos comentado previamente. Empecemos, como suele decirse, por el principio.
La escucha de la persona que acompañamos debe ser considerada la primera habilidad a desarrollar y fortalecer en nosotros si queremos ir profesionalizando nuestro servicio dentro de las comunidades pastorales y/o educativas en las que nos desenvolvemos como agentes de evangelización y catequesis.
No hay acompañamiento si no hay de manera previa en nosotros la actitud y disposición para escuchar al otro desde lo que él mismo comparte, desde su perspectiva y desde el significado que la propia persona brinda a su realidad, a sus retos y desafíos. Ciertamente ya hemos comentado algo sobre la escucha en este espacio de forma previa, reconociéndole no solo como una habilidad, sino como un arte, a partir de las reflexiones y enseñanzas del Papa Francisco, si no tuviste oportunidad de conocer dichas impresiones puedes hacerlo dando clic aquí.
En esta ocasión, quisiera ofrecerte algunas herramientas y consideraciones sobre cómo podemos favorecer en nosotros esta habilidad inicial del acompañamiento.
Prepararnos para la escucha que realizaremos
Esta disposición interna, desde mi perspectiva, presenta dos conjuntos de condiciones. El primero, empieza a vivirse mucho antes de cualquier proceso de acompañamiento; el segundo, por el contrario, puede ser un adecuado enfoque a realizar unos minutos antes de cada encuentro previsto.
La preparación remota para la escucha, como condiciones para el diálogo que se sostendrá, tiene lugar en el proceso de desarrollo y formación de quien acompaña. Y es la suma del bagaje de pensamiento y actitud ante su propia persona y ante la persona del otro. Esto implica concretar algunos elementos:
- Una especie de fundamento antropológico que responda a la pregunta ¿quién es para mí la persona? De esta pregunta tendría que surgir como respuesta clara el valor y la dignidad personal y el respeto ante el otro como la actitud más adecuada para encuadrar cualquier encuentro interpersonal.
- Es necesario también que quien habrá de acompañar sea capaz de establecer una relación sana con su realidad y con la vulnerabilidad que él mismo experimenta en cuanto ser humano. Tener consciencia del propio proceso de desarrollo y de la necesidad de ser escuchados, que es característica constitutiva de la persona.
- Por último, como condición remota para un futuro diálogo de acompañamiento, es necesario considerar qué tanto visualizamos el encuentro interpersonal como vía de desarrollo y aprendizaje personal. Esto será, en la práctica, una decisión consciente sobre una creencia fundamental de quien acompaña: ¿es el otro una vía de realización personal para mí o es un obstáculo a mi desarrollo? Lo que aquí se decida, habrá de influir sin duda en el futuro acompañamiento a realizar.
La preparación inmediata para el encuentro y el ejercicio de escucha, al igual que la preparación remota, contendría algunas reflexiones previas a cualquier diálogo que quien acompaña debe tener presentes con claridad:
- Conexión intencional con las actitudes personales que favorecen el encuentro interpersonal: asombro, presencia plena, respeto, generosidad, compromiso, etc.
- Reconocer qué puede fundamentar de mejor manera la conversación que se sostendrá: Deseos, necesidades, anhelos, propósito y sentido de vida.
- Escenarios posibles del contexto del encuentro a sostener: ¿Qué sucede si se tiene la conversación desde la escucha? ¿Qué sucede si no se tiene una adecuada escucha en la conversación? ¿Qué ventajas y desventajas pueden avizorarse para el diálogo de forma previa por parte de quien acompaña? ¿Cómo podrían aprovecharse las ventajas? ¿Cómo podrían atenuarse las desventajas?
Check List de elementos a “escuchar” en el diálogo con quien acompañamos
¿A qué debemos estar atentos cuando conversamos con alguien? Necesitamos concentrar nuestra atención en ciertos aspectos cuando escuchamos, pensemos en estos elementos como una serie de indicadores dispuestos en nuestra mente:
- Lo que la persona expresa verbalmente, las palabras que emplea y si existe claridad en él mismo cuando expresa alguna idea particular.
- Lo que la persona expresa no verbalmente con su entonación de voz, énfasis, corporalidad y ánimo emocional general cuando comunica.
- Conexiones y desconexiones entre el discurso que emplea el acompañado, la forma en que lo expresa y la emocionalidad que proyecta.
- La reacción que brinda a determinados temas o asuntos cuando éstos aparecen en la conversación. ¿Expande el discurso o lo contrae en determinados temas o aspectos?
- Lo que no dice la persona dentro de su conversación. Aquello que rehúye y no desea comunicar. No para “obligarle” a expresarlo, sino para saber respetar su intimidad y comprender el límite de nuestra conversación.
- Las relaciones que establece con otras personas y con su realidad. ¿Quiénes son importantes en su discurso? ¿Cómo enfrenta aquello que no está en sus manos resolver solucionar?
Las herramientas de la herramienta: 4 instrumentos para elevar la calidad de nuestra escucha
Xosé Manuel Domínguez Prieto, en el libro ‘El arte de acompañar’, publicado por PPC Editorial, nos presenta cuatro elementos que dan soltura y profundidad a la escucha en la medida en que esta se proyecta del que acompaña a su acompañado.
Para hacer patente nuestra escucha, es decir para hacer saber al acompañado que estamos escuchando, que valoramos lo que nos ha expresado y que lo que nos ha compartido fundamenta el diálogo, podemos incluir la conversación de acompañamiento los siguientes instrumentos precisos:
- Parafrasear: Decir en pocas palabras, aprovechando las mismas que él ha compartido, lo que hemos comprendido de aquello que nos ha dicho. Por ejemplo: “Entonces, lo que paso fue que…” / “Según entiendo, lo que ocurrió fue que”.
- Emplear frases de refuerzo: validar y reconocer el esfuerzo comunicativo que le ha implicado al acompañado poder articular una idea, expresar un pensamiento, una actitud o un contexto determinado en lo que le ocurre. Por ejemplo: “eso que has dicho es importante” / “has sido valiente en decir esto”/ “agradezco esto que me compartes, comprendo el esfuerzo que ha implicado para ti el poder expresarlo”.
- Resumir y confirmar: Empleando sus expresiones, bajo el instrumento del parafraseo, ser capaces como acompañantes de sintetizar las ideas expresadas por el acompañado, estableciendo una conexión o vínculo entre las frases para concluir algo que le entregamos con la idea de que él pueda confirmar o desmentir nuestra conclusión. Por ejemplo: “Hemos hablado de <esto>, y por ello debo entender <esto otro>”.
- Empatizar a partir de la expresión de los sentimientos que captamos en nuestra escucha. Al detectar emociones en la expresión verbal y no verbal hacerle saber al acompañado bajo alguna fórmula precisa. Por ejemplo “Parece que te sentías enfadado-emocionado-alegre-triste, etc”.
La aplicación de estos instrumentos puede ayudarnos a cumplir un doble objetivo: darnos cuenta nosotros mismos si nuestra escucha está siendo lo suficientemente enfocada y transmitir a nuestro acompañado el interés que detona lo que nos dice y cómo nos esforzamos por comprender y atender adecuadamente aquello que nos comunica.
Preparándonos para el encuentro, revisando el check-list de los elementos a escuchar, y aprovechando estos instrumentos recientemente descritos estoy seguro que podremos elevar la posibilidad de acompañar de mejor forma a quienes servimos. Volveremos a leernos muy pronto para profundizar en la habilidad necesaria para plantear preguntas efectivas.
¡Hasta pronto y hasta siempre!
P.D. ¡Seguimos pidiendo a Dios por la pandemia que aún mundialmente no puede ser superada! ¡Pedimos para que nos ayude a encontrar sentido al sufrimiento, a la ansiedad, a la preocupación y a la presión social y económica en la que muchas personas nos experimentamos en estos momentos de incertidumbre! ¡Que la Virgen, Nuestra Madre Santísima, en su advocación de Guadalupe mire a sus hijos haciéndonos saber que está aquí, ahora, en medio de nosotros!