Hoy voy a comentar un libro que versa sobre un tema que tiene unas implicaciones directas en lo que es la sociedad economicista en la que estamos inmersos. Se titula ‘La ideología del éxito’ y fue escrito por Heleno Saña y publicado por PPC en 2016.
- PODCAST: Puertas cerradas para las víctimas de abusos
- ¿Quieres recibir gratis por WhatsApp las mejores noticias de Vida Nueva? Pincha aquí
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
La idea principal de este libro es que existe una mentalidad generalizada en nuestro mundo que es la de lograr el éxito a toda costa. Lo que buscan muchas personas es ser más que los demás. Esto lo pueden conseguir a fuerza de “me gusta” en redes sociales, de acumular poder con un cargo superior en su empresa, de tener más, de ser más famoso, etc.
En todo caso siempre es necesario compararse con el otro, medirse para poder saber si se es más que otros y gozar por ello de la admiración y de los aplausos del respetable. El éxito siempre está referido, pues, a una instancia extrínseca, a lo que dice el colectivo, a lo que piensan y son los otros.
Ese éxito, ese ser más que los otros, aparece como la clave de la felicidad y no es algo que se cree en nuestro interior a partir de valores inmutables, sino que se trata de algo externo, cuantitativo y variable, algo que depende de las modas del momento, de lo que es más apreciado por la sociedad. La felicidad derivada del éxito depende de que otros fracasen, de que otros queden por debajo de nosotros. Esto nos hace competitivos porque necesitamos que el otro esté por debajo para sentirnos bien.
Y claro, el vencido lo es porque no lo ha sabido hacerlo bien, porque no ha podido aprovechar sus oportunidades. La otra cara del éxito es el fracaso de tantos otros que quedan por debajo, que no llegan al nivel mínimo para ser considerados triunfadores. Todos ellos son denostados por una sociedad que ensalza el triunfo y que no quiere saber nada de las personas que no lo alcanzan. Esto llega hasta el extremo odiar a aquellos que no logran ser personas de éxito, la aporofobia es un claro ejemplo de este fenómeno.
Empobrecerse
Todo ello lleva a que una de las maneras más adecuadas para lograr ese éxito sea, precisamente, la de lograr unos ingresos más elevados. El triunfo es económico, cuando logramos tener más, conseguimos ese reconocimiento público que nos presenta como personas exitosas. La avidez de tener más, se convierte en el objetivo de las personas. La competitividad se muestra como el complemento y la condición adecuada para alcanzar el éxito.
El autor sigue insistiendo en como esta manera de entender la vida nos lleva a la fealdad, a olvidarnos de la belleza, de los otros, de la mejora de la sociedad… Vivimos por debajo de nuestras posibilidades porque solamente nos centramos en lo nuestro, en nuestro éxito, en nuestro componente económico…
Nos empobrecemos siendo personas productivas que cuando tenemos tiempo libre solamente queremos recuperarnos del cansancio para seguir produciendo. Perdemos nuestra vida intentando ganarla…