El pasado jueves 2 de noviembre vivimos una celebración extraordinaria en O_Lumen, el espacio para las artes y la palabra que los Dominicos ofrecen en Madrid, uno de los centros con mejor la programación de exposiciones temporales de arte de la capital. Bajo el lema ‘Permanece en vela’, tuvimos una experiencia de arte total, con poesía, danza, música y pintura. El lema es el título del libro del poeta místico Gilles Baudry que se presentaba gracias a la traducción de Mari Sol Pérez Guevara en el sello Fonte, de la Editorial Monte Carmelo.
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Habla, reza, danza
Ante un público abundante y tras una inspiradora introducción de Pérez Guevara, tres lectoras fueron dando voz a una preciosa serie de poemas de Baudry, tanto en español como también alguno en francés para escuchar la cadencia de los versos originales. El poemario que acaban de traducir nos ofrece también una versión bilingüe.
Algunos de los poemas fueron danzados por la excelente bailarina maría Gil Fuentes, que fue interpretando con los movimientos de su cuerpo lo que le inspiraban los versos. Sobre todo fue una danza que expresaba una elevación de la tierra al cielo con aires de gran libertad.
La lectura fue intercalada por variaciones al piano que el músico Antonio Moreno hizo de la Opus 21 de Johannes Brahms. Eligieron cuidadosamente este compositor porque es una música que invita a entrar en la poesía y que esa poesía entre a su vez en el alma. En las variaciones que fue desplegando con suavidad se mantenía una nota recurrente que encontrábamos una y otra vez y que Moreno relacionó con el verso de Baudry en el que habla del “bajo continuo de la fuente escondida”.
Pérez Guevara también nos mostró pinturas de Patti Roig, la artista cuya obra ilustra la portada del libro que antologa los poemas de Baudry. Además, durante el recital estábamos ante las sugerentes y profundas pinturas y esculturas del leonés José Manuel Chamorro que O_LUMEN expone temporalmente bajo el título “Rostro sin rostro”.
Durante la celebración, muy cuidada y delicada, pudimos dejarnos empapar de la palabra, y la música, danza y pintura nos ayudó a que calara profundamente en el alma. En un mundo en el que todo se quiere acelerar, la inteligencia se quiere hacer artificial y el tiempo de las cosas es cada vez más escaso y efímero, durante la hora y media que compartimos parecía que cada minuto se llenaba de tiempo y las agujas del reloj comenzaban a girar no para atrás, sino en otra dirección. Quizás tenemos que vivir encontrando cada vez más eternidad en cada instante hasta que todo sea instante eterno.
Versos místicos en el Finisterre
Gilles Baudry es un monje benedictino nacido en una aldea del sur de la antigua Bretaña al término de la II Guerra Mundial, en 1948. Comenzó a trabajar como obrero en una fábrica y vivió la experiencia de la Comunidad de Taizé, donde sintió una llamada a la vida contemplativa. Dedicó dos años a enseñar en una escuela de Togo, en el África Occidental, y al regreso a Francia ingresó en la Abadía de Landévennec, al borde del mar del Finisterre bretón.
Pronto sintió en sus largos paseos por bosques y acantilados la poesía que hay en el interior de cada cosa, y comenzó a ponerle palabras, como si los versos fueran espejos de lo invisible. Baudry no ha buscado nunca promover sus poemas ni ha buscado editoriales. No tiene correo electrónico ni teléfono móvil. Han sido diferentes editoriales quienes han ido a ofrecerle poner en libros sus versos. Así, desde que en 1972 publicó “El tejido de la vida”, han visto la luz una treintena de poemarios. Ahora, en 2023, Mari Sol Pérez Guevara traduce sus versos al castellano en el libro Permanece en vela, publicado por la Editorial Monte Carmelo en su sello Fonte.
Como explica Pérez Guevara en el prólogo del libro, la poesía de Gilles Baudry refleja su honda vida espiritual, se sienten en sus versos sus paseos y encuentro con la naturaleza, el curso de los ríos, el batir de las olas atlánticas, el rosetón solar en el ocaso, todo ello con una gran modestia y economía de palabras, pero dejando sentirse un corazón vivo, sin minimalismo. En muchos momentos de se escucha la nota constante del espíritu de San Juan de la Cruz, ese bajo continuo de la fuente escondida…
Poética del susurro
Los versos místicos de Baudry pertenecen a lo que el poeta francés Bernard Perroy denomina la poética del susurro, que caracteriza como una escritura discreta e íntima, que se evade del énfasis y “ama la blancura de los márgenes”, poesía de “doble cara” en la que cada cosa “esconde a su espalda un hueco de éxtasis, una emboscada de lo invisible” (Perroy le dedicó el artículo titulado Escribe como escuchas, publicado en la revista Friches, n° 103, diciembre de 2009).
Debemos agradecer a la iniciativa de Mari Luz Pérez Guevara que Gilles Baudry pueda ser leído íntimamente en castellano, y que esas palabras del alma nos hagan ver el horizonte de eternidad que se abre dentro de cada momento de la vida.