La salud como inversión financiera


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“No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos” (Lc 5,31)

La salud es un sector económico que crece cada día más, auspiciada por un creciente envejecimiento de la población occidental, y un deseo insaciable de doblegar las fronteras de la ciencia y de la materia, buscando solución a las más terribles enfermedades, pero también a realidades vitales, como la vejez, la muerte o la imperfección, que generan muchos dilemas éticos al ser afrontadas como “problemas”.



Guiados por tantas motivaciones, es de los sectores más rentables y seguros en la actualidad, el tercero en el índice MSCI World, y muchas congregaciones religiosas optan por invertir en él, guiadas por la promesa de sustanciosos beneficios.

Sin embargo, el mercado financiero no es ningún oráculo al que obedecer ciegamente, y el asunto merece un cuidadoso examen, en tres partes bien diferenciadas. En primerísimo lugar, la legitimidad de invertir en salud. El Señor siente predilección por los enfermos. A ellos dedicó gran parte de su ministerio, sanándolos como evidencia del Reino de Dios, haciendo de su salud un preludio de la salvación que Jesucristo venía a ofrecer al mundo; del cuerpo sano una prefiguración del cuerpo resucitado.

El sufrimiento como salvación

Además, Cristo se hizo uno con el enfermo en el sacrificio de la Cruz: el sufrimiento corporal de cada ser humano se ha convertido en medio de salvación para todos los que creen en Él. Sus heridas nos han curado. Por eso podía santa Soledad Torres Acosta exhortar a sus monjas que “los enfermos son imágenes vivas del Señor y sírvanles como al mismo Señor”; o san Juan de Dios suplicar a sus frailes que tuvieran siempre en primerísimo lugar la caridad; o san Vicente de Paúl exclamar: “¡Cómo! ¡Ser cristiano y ver afligido a un hermano, sin llorar con él ni sentirse enfermo con él!”. “Lo que hicisteis a uno de ellos, a Mí me lo hicisteis”, dice la parábola (Mt 25, 40).

Grafico Alveus

El segundo punto es su evaluación ética: si el cristiano invierte en salud es para sanar, para cuidar la vida, para entregarla. No para hacerse de oro. El objetivo primero y principal, el objetivo guía, es el enfermo, la persona. Los beneficios económicos son secundarios. Importantes para la viabilidad de los proyectos, pero siempre detrás de la finalidad principal. ¿Por qué es esto importante? Porque la prioridad de la persona es lo que posibilita una inversión ética, como recuerda el reciente documento ‘Mensuram bonam’.

El mundo de las empresas farmacéuticas y de gestión sanitaria corre el enorme riesgo de, priorizando el dinero, destruir a la persona, y lo vemos claramente en el aborto, la investigación con embriones, o el desarrollo de técnicas contrarias a la dignidad humana. Solamente desde la correcta prioridad y fidelidad a Cristo se puede diseñar una cartera en salud verdaderamente ética, totalmente armonizada con la misión evangelizadora de las comunidades religiosas.

Inversión viable y rentable

Finalmente, cuidar de Cristo en el enfermo, y apoyarlo financieramente de manera ética, no impiden que la inversión no sea solamente viable, sino rentable. Eso tratamos de hacer desde Alveus: diseñar las carteras con la mayor rentabilidad y seguridad posibles, que cumplan a la vez el objetivo de una ética y generosa inversión en salud, y unos beneficios acordes a unos principios irrenunciables. Porque, si bien toda inversión debe buscar la rentabilidad, no debe ser llevándose por delante los principios de la Doctrina Social de la Iglesia.

Aun teniendo la oportunidad de invertir en la empresa que mejor resultado va a tener en los próximos 10 años, la pregunta a realizarnos debería ser si esta compañía respeta la DSI. Habiendo negocios muy lucrativos, como el aborto o los anticonceptivos, no deberían ser invertibles para los cristianos. Hay opciones éticas más seguras y con mucha mayor rentabilidad acumulada. Desde Alveus no solo diseñamos estas carteras y cuidamos y monitorizamos tus inversiones, sino que atendemos que sean acordes a los principios del cliente y a la DSI.


El 47% de las 142 compañías que componen el índice MSCI World Healthcare pasarían un filtro ético acorde a la Doctrina Social de la Iglesia

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alveus

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