Enrique Lluc
Doctor en Ciencias Económicas

La sociedad vulnerable


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Uno de los efectos que tienen los avances tecnológicos en los que vivimos es la sensación generalizada de ser invulnerables. Parece que la inteligencia artificial, las tecnologías, los programas informáticos, y tantos otros inventos nos puede permitir que todo funcione perfectamente, que no haya errores, que se puedan hacer las cosas con perfección. La experiencia en muchos procesos industriales y en algunos cálculos matemáticos parecen dar la razón a esta sensación. Cuando alguien ve una línea de producción totalmente automatizada y observa cómo el bien fabricado sale sin defectos, con los controles de calidad realizados, sin ningún problema, piensa que podemos hacerlo todo con la automatización, que no tenemos barreras.



Llegamos a creernos dioses, nos parece que nuestras técnicas y nuestra capacidad de cálculo y de progreso pueden llevarnos a solventar todos nuestros problemas. No es algo novedoso, en el siglo XIX ya se dio esta sensación de que la ciencia y la técnica podían acabar con los grandes problemas de la humanidad. Muchos pensadores se vieron tentados por la idea de con nuestros avances podríamos controlarlo todo y en este siglo XXI vuelve a suceder, de modo que no solo algunas personas cualificadas abundan en el tema, sino que se ha generalizado al conjunto de la población. La tecnología parece volvernos invulnerables, no podemos ser amenazados por nada.

La realidad de Valencia

Sin embargo, las últimas inundaciones en Valencia nos recuerdan lo vulnerables que podemos ser. Todo en nuestra vida depende de que la sociedad funcione correctamente. Porque la tecnología no funciona sin unas infraestructuras adecuadas y sin energía. La inundación estropeó muchas instalaciones necesarias para poder comunicarse con el móvil con los seres queridos, dejó a las personas del lugar sin luz, sin agua y sin gas. Sin energía no podían ni calentar un poco de café, ni calentarse o limpiarse cuando volvían helados por la humedad y sucios por el barro. La central del Metro también se anegó y nos dejó sin servicio durante varias semanas, no solo a los directamente afectados por las inundaciones, sino a toda Valencia y sus alrededores.

Dron Tecnologia

Tirar abajo una sociedad como la nuestra es sencilla. Dependemos de tantas cosas que si no va el ‘wifi’ (por ejemplo) no podemos hacer nuestro trabajo, no podemos comunicarnos con los otros, no sabemos que hacer. En estos últimos años ha caído algún día el ‘whatsapp’ o ‘facebook’ o la red ‘X’ y parecía que el desastre era mayúsculo. Somos más dependientes que nunca, somos más vulnerables que nunca. La tecnología nos permite hacer muchas cosas pero nos hace dependientes de que todo funcione bien, de que no haya grandes problemas en la sociedad, de que las infraestructuras no se dañen.

No quiero enviar un mensaje apocalíptico sino, tan solo, darnos cuenta de que dependemos de que todo funcione correctamente. Solo así, podremos percatarnos de lo importante que es que tengamos una sociedad que marche razonablemente bien y el problema grande que tendríamos si nuestra organización social saltase en pedazos.