Para hablar de necesidades hay que comenzar aclarando que tanto las necesidades como los deseos que vamos a tratar aquí lo son desde una mirada económica. Es decir, no nos vamos a referir a aquellos deseos que no tengan una clara dimensión económica, como pueden ser tener amigos, alguien que nos ame, una familia que nos quiera, etc.
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Vamos a hablar siempre de necesidades o apetencias que puedan cubrirse a través de un bien, un servicio o una experiencia. Por todos ellos tenemos que pagar o realizar un trabajo para conseguirlos y son los que incrementan nuestro bienestar económico. Por ello, la compra de bienes o el disfrute de servicios y experiencias son quienes van a determinar el subsiguiente análisis que realizaremos en en este grupo de artículos sobre lo suficiente.
Base de la existencia
Cuando pregunto a mis alumnos qué es una necesidad, una de las primeras cosas que me dicen es que son aquellas cosas que preciso para sobrevivir. Esta idea está bastante generalizada. Preciso de una serie de bienes y servicios sin los cuales no podría vivir y fallecería sin remedio. Todos los tenemos en la cabeza: alimentarnos, descansar (especialmente dormir), refugiarnos del frío y del calor, curarnos de las enfermedades… Es evidente que si queremos saber cuánto es lo suficiente para una vida digna, estas necesidades tienen que estar incluidas ya que son la base sin la cual no puede darse la existencia.
Pero lo importante para profundizar un poco más en este concepto es que veamos cuáles son las principales características de este tipo de necesidades.
- La primera es que son las mismas para todo el mundo, ahora, en el pasado y también en el futuro. Afirmar que son las mismas no presupone que todos necesitemos la misma dotación de bienes y servicios para atenderlas. No necesita comer la misma cantidad una persona que pese 100 kilos y mida dos metros, que otra que pese 50 kilos y mida 1,50 metros, ni se refugia igual del frío y el calor alguien que vive en el círculo polar ártico y otro que tenga su vivienda en los trópicos…
- La segunda característica es que son objetivas, es decir, no dependen de la voluntad de las personas, alguien puede empeñarse en vivir sin comer, pero no lo va a conseguir. Lo que necesitamos para sobrevivir no lo elegimos, nos viene dado. La tercera característica que tienen es que son limitadas. No necesitamos comer cada vez más, precisamos de una determinada cantidad de calorías diarias y no más. Existe saturación en las necesidades básicas.
Las necesidades básicas son, por lo tanto, estables, siempre son las mismas. Puede costar más o menos cubrirlas, según los precios de los bienes y servicios necesarios, o según la dotación que precisamos de ellas, pero se mantienen en el tiempo. Son una parte esencial de lo suficiente y pueden ser contabilizadas de una manera objetiva.