Dado que el cardenal Víctor Manuel Fernández, ‘Tucho’, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, dispara excomuniones con más rapidez que un pistolero del Viejo Oeste –lo han vivido las monjas de Belorado-, imaginé que las recientes declaraciones del arzobispo Carlo Maria Viganò, quien fuera nuncio en los Estados Unidos, también lo harían merecedor de esa pena. Lo fue, y ya ha sido excomulgado en esta semana que termina.
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El ex diplomático vaticano ya había dado muestras de un rancio conservadurismo, al criticar en el 2020 al Concilio Ecuménico Vaticano II, oponerse a las vacunas anti-COVID-19 al año siguiente, justificar la invasión rusa a Ucrania en 2022 y cuestionar acremente las bendiciones a parejas homosexuales, insinuadas en la ‘Fiducia supplicans’ del año pasado.
Pero ahora, como decimos en México, no se midió. Además de que no se presentó al juicio que le quería llevar a cabo el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, el pasado 20 de junio, “porque no reconoce la autoridad del tribunal que pretende juzgarlo”, ni la de su Prefecto -el ‘Tucho’- ni la de quien lo designó -el Papa-, afirma que existen en la actualidad dos Iglesias, la suya y la de Bergoglio, a quien acusa de hereje y cismático.
Y para clarificar tal distinción, detalla cuáles son las notas características de ambas Iglesias. La suya continúa asumiendo las clásicas: una, santa, católica y apostólica; la de Francisco de Roma, según Viganó, las ha cambiado por conciliar, ecuménica, sinodal, inclusiva, inmigracionista, ecosostenible y gay-friendly.
Llama la atención que el conservador, y ya excomulgado muestre esta cara reformista, semejante a la de Roberto Belarmino y todavía peor para él, al teólogo de la liberación Leonardo Boff, quienes propusieron no cuatro sino 15 notas características de la Iglesia católica.
Yo le sugiero al cardenal Fernández que, en vez de haber emprendido una nueva cruzada excomunional contra el jubilado nuncio, sería mejor que analizara la propuesta renovadora y que hasta la asumiera.
Los adjetivos sugeridos por Viganò reflejan de manera más nítida los retos que nuestra Iglesia debe enfrentar en la actualidad, y que el papa Francisco nos invita a asumir: la aplicación del Concilio, el ecumenismo, la sinodalidad, la inclusión, la acogida a los migrantes, la ecología y el respeto a las personas homosexuales.
Paradojas de la vida. De ser acuñadas estas nuevas sugerencias, un personaje tan tradicionalista y fuera de la comunión como el italiano, pasaría a la historia como un gran revolucionario. Quién lo dijera.
Pro-vocación
‘A un mes del proceso electoral’, es el título del mensaje que los obispos mexicanos acaban de publicar el pasado martes, dos de julio. Se congratulan del ejemplo dado por la ciudadanía de civilidad democrática, felicitan a la presidenta electa, y hacen un llamado a ir más allá de la contienda electoral, para superar la desigualdad social y la pobreza, que siguen lastimando a nuestro pueblo.