MIÉRCOLES 23. Cincuenta años sin Herrera Oria. Pero presente. En la Fundación Pablo VI. Martínez Camino cita a Antonio Montero para recordar al cardenal periodista: “La voz católica más recia del siglo XX”. Tiempo de homenaje, pero también de traer al presente. “Estamos en una sociedad bastante ausente de líderes, y de líderes cristianos. Por eso, cuando hablaba de la aristocracia del espíritu, habla de la necesidad de un liderazgo moral que tiene que hacerse hoy público”, apunta el obispo García Beltrán, que reivindicó un binomio que todavía cuesta asumir en más de un foro. Y de dos: “No podemos dejar el Evangelio cuando salimos a la calle, ni podemos dejar la doctrina social cuando entramos en un templo”.
JUEVES 24. Es tarde. Al menos para estar cosiendo una cenefa con estrellas de papel. Perfume derramado en una puntada sobre una cinta de raso, en el espray dorado sobre cartón o un trozo de papel plastificado. Hay tareas impagables que solo se asumen desde la vocación de entrega de mujeres fieles y trabajadoras. No tiene precio. Pero sí valor.
VIERNES 25. De madrugada. Vigilia mariana en el patio de un colegio. Silencio en medio del ruido de la fiesta. Tres jóvenes dan un respiro al botellón y se acercan con su rímel marcado a los pies de la Madre. Algo hay en sus miradas. Solo falta encauzarlo. Las piedras gritarán.
MARTES 29. Paseo por Rambla Cataluña. La normalidad. Turistas que se entrecruzan con vecinos. El quiosquero no tiene cambio y la florista azuza las rosas que tiene en primera línea. Ni rastro del terror de hace ocho meses. Ajenos a los lazos amarillos que cuelgan de algunos balcones. La vida a pie de adoquín.
MIÉRCOLES 30. Lo escuché de boca de Federico Mayor Zaragoza. Desde entonces, un mantra. “Perdóname, amanecer, por no recibirte como te mereces”. Y cambio amanecer por vida. Y vida, por Dios.