En este primer post para Vida Nueva desearía que, quien se asome, repare que en el título del mismo no hay error alguno. Efectivamente, es ‘tempo’ y no ‘tiempo’ lo que pone. Y es que, aunque estamos hastiadas y hastiados de escuchar que el tiempo pasa ‘inexorablemente’ (perdón por el topicazo), el ‘tempo’ que le doy al tiempo que me toca vivir es cosa y responsabilidad mía y solo mía.
La canción ‘Innuendo‘ escrita por Freddy Mercury, el vocalista de Queen nos regala este fragmento tan lleno de sustancia: “Puedes ser lo que quieras. Simplemente conviértete en aquello a lo que estas llamado. Sé libre con tu ‘tempo’, sé libre, sé libre. Rinde tu ego, sé libre, sé libre a ti”.
Una vez más, no hay error. Sí. Dice “sé libre a ti” y no “para ti”. Y es que no es lo mismo una cosa que la otra. “Sé libre a ti” es algo así como: “Date el gustazo de ser tú”, “permítete ser fiel a aquello que eres”.
Tempo al tiempo
Y para eso necesitamos imprimir nuestro ‘tempo’ al tiempo de cada día. Darnos el placer de mirar, de admirar, de crear y recrear, de indignarnos, de amar y de llorar, de trabajar y holgar siempre en sintonía y en consciencia con lo que íntimamente somos. De manera personalísima. El ‘tempo’ que damos a nuestro tiempo nos permite construirnos como personas.
La Vida de Jesús de Nazaret no fue, en el fondo, otra cosa que la lucha del ‘Tempo de Dios’ con los tiempos del mundo. La vida de aquellos y aquellas que se han realizado plenamente es la de quienes supieron adaptar su ‘tempo’ a unos signos de los tiempos que supieron leer a tiempo.
A estas alturas del post, aquel lector o lectora que no se haya cansado de tanto ‘juego de tiempos’ y siga adentrándose, intuirá que esto de poner la impronta de nuestro tempo en los tiempos de la vida no sale gratis, ni se acaba de una sola vez, ni permite vivir de las ‘rentas’ porque no las hay.
Pero nos hace bien y hace Bien.