JUEVES 15. “No te lo vas a creer, pero me ha pedido perdón”. Recibo este mensaje en el móvil. Es la primera vez que lo hace. Y mira que conozco a quien se estrena en esto de la misericordia. Es posible cambiar. Dejarse hacer. Conmoverse.
SÁBADO 17. En casa, tenemos un lema: “Somos propensos”. Hemos evitado toda acción de riesgo porque sabemos que lo nuestro va más allá de la ley de Murphy. Tenemos querencia a las baldosas rotas en plena calle o a cualquier deporte que haga del equilibrio una mínima amenaza a nuestra estabilidad física. Pero hete aquí que a mi sobrina le dio hace un tiempo por hacer gimnasia rítmica. A mí me bastaba con que se divirtiera y no la liara con las mazas. En cuestión de dos meses no solo ha pegado un estirón, sino que la han federado. Y de participar en la típica exhibición de fin de curso, ante mis ojos sube a un podio como medalla de plata de la Comunidad de Madrid. Ojiplático como el emoticono. Y orgulloso. Redescubro que lo nuestro no ha sido precaución, sino aferrarnos a seguridades por miedo a caer.
LUNES 19. De vez en cuando me pierdo en YouTube para seguir alguna retransmisión en directo desde el Vaticano. Simple curiosidad para ver cómo va Francisco sin filtros. Recomendable para no dejarse llevar por lo que dicen que ha dicho el Papa. Hoy toca congreso sobre adolescentes. Bergoglio se sale del guión. Mensaje clave: promover redes de vida en las familias frente a las conexiones virtuales y contemplar la adolescencia como una etapa que hay que acompañar y no como enfermedad a medicalizar. Entre tanto, cuela su anecdotario al abordar las figuras de referencia para los jóvenes. El del tío solterón que “nos enseñaba palabrotas y nos pasaba los primeros cigarros”. Y juega con esas metáforas que se graban a fuego en el que escucha para atacar al síndrome de Peter Pan: “¡Qué triste es que alguno se quiera hacer el lifting al corazón!”. Hubo un tiempo en el que tuve que ahondar en esto de los lifting. Aunque es cierto que el resultado exterior puede ser impecable, siempre acaban matando algún nervio interno, quitándole movilidad. Los riesgos del lifting del corazón.
MARTES 20. Obra de teatro escolar. ‘El mago de Oz’. Al final, cada personaje presenta su propia moraleja. La mujer de hojalata toma la palabra: “El corazón es mejor utilizarlo todos los días. De lo contrario se oxida”. Entre el lifting, la corrosión y este calor que agrieta, andamos apañados.