MIÉRCOLES 19. Llega el “alumbrao” de VidaNuevaDigital.com. El renacer de un proyecto digital de largo recorrido. Para informar en el día a día sin filtros ni rumores. Navegar en la red con su particular oleaje.
JUEVES 20. El anuncio me sorprende en una reunión: 15 de octubre, canonización de Faustino Míguez. Sin tiempo para celebrarlo, me escapo a la Jornada de Vida Consagrada. Pegado al ordenador, por aquello del estreno digital. Levanto la mirada y entonces llega un abrazo de enhorabuena mutua. Y celebro lo que no pude antes. Familia calasancia.
VIERNES 21. Son las nueve de la noche. Barcelona. Paso por delante de la catedral. Banderas venezolanas. Velas. Silencio orante. “Yo Soy Venezuela. Libre y soberana. Reconciliando a sus hijos con la Luz. País de gente honrada y trabajadora”. Apenas llegan a un centenar. Me sumo. 101. Insuficiente.
SÁBADO 22. Por la mañana, con los alumnos del postgrado de la Universidad de Blanquerna. Sobre la mesa, la comunicación corporativa eclesial. Punto de partida que nos lleva a hablar de la obediencia. ¿Es mayor la obediencia de un portavoz diocesano a su obispo que el de un director de comunicación de una empresa a su jefe? Ahí lo dejo. Por la tarde, aterrizo en la recta final del congreso de márketing religioso de los dominicos. Más comunicación. Enriquecedor porque las voces que escucho son inéditas. Últimamente percibo que los ponentes rotan de unas jornadas a otras sin savia nueva. Aquí, profesionales de lo suyo, pero ajenos a la Iglesia que aportan su visión. Conclusión: hay que escuchar fuera para refrescar dentro.
DOMINGO 23. Entra cabizbajo. No porque le pesen los años ni los méritos. Meditabundo. Antonio Lopez en EncuentroMadrid, el foro de Comunión y Liberación. Tira por tierra cualquier halo misterioso que rodea al artista. “Puedes ser útil a los demás pintando o barriendo la calle. La contemplación es lo que verdaderamente llena la vida”.
LUNES 24. Una llamada que desestabiliza. La misericordia se juega en un gesto. Colgar o descolgar. Acoger a pesar de la herida abierta. Ahora comprendo Amoris laetitia. En pleno. Las recetas se derrumban cuando llama la realidad.