MIÉRCOLES
Nunca hasta hoy había rezado con el Aleluya de Haendel. Ocurrencias sanas de ‘Rezandovoy’. Oído en conciertos y celebraciones varias. Pero no escuchado. Ni interiorizado. Explosión de alegría interior hecha sinfonía. Una fiesta de Petazetas de la que uno no se puede desapuntar. No me extraña que se dé por cierto que Jorge III se levantó de forma espontánea de su asiento durante su estreno en el Covent Garden. Aunque hay quien deja caer que no se le elevó el espíritu, sino una reacción automática por confundir algún compás de El Mesías con un himno militar.
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JUEVES
Siempre he considerado que mi vecindario es algo frío en el trato. O quizá lo soy yo. Siempre se lo achaco al ascensor, que evita los encuentros de escalera y descansillo. Esos que provocan una conversación de arranque o echar una mano con las bolsas de la compra. Hace unos días, alguien decidió adornar el elevador con unas estrellas y un folio rotulado con subrayador con un simple ‘Feliz Navidad’. En poco tiempo, el papel se ha llenado de felicitaciones. De espacio funcional a punto de encuentro. Yo he colocado mi estrella de Sembradores: “Jesús nace en ti”. En este portal, seguro.
VIERNES
Misa de vísperas de año nuevo. Alguien critica el actual culto al cuerpo por el hecho de que haya gimnasios abiertos 24 horas. También hay farmacias sin cancela. Y supermercados insomnes. Y gasolineras a pleno rendimiento. En la Iglesia está garantizada la adoración nocturna. Pero solo hay un templo en todo Madrid verdaderamente abierto de par en par para emergencias. Y faltan curas para el servicio de atención urgente para los noctámbulos con heridas. El fitness y el resto de espacios adelantan por la izquierda en horarios a parroquias que antes tenían horario ampliado. Incluso en los festivos y días de precepto. Servicios esenciales.
SÁBADO
No lo puedo evitar. Año tras año. Veo las campanadas de La 1 solo por escuchar a Anne Igartiburu cómo hace presentes a todos los misioneros en una referencia tan fugaz como merecida. Y, de repente, rezo por Primi. Como reza también ella.
MIÉRCOLES
Una buena amiga me comparte su reflexión sobre los clérigos antivacunas. “Me sorprende que sean sacerdotes los que siembren dudas por no creer en cosas que no ven”. Doctorado súbito en teología pragmática para ella.