Sin pretender señalar a ningún Papá, quiero reflexionar acerca de los errores que han cometido algunos de ellos, fallos que causan una profunda herida en la familia y que muchas veces se guarda un silencio doloroso, se prefiere omitir o simplemente no hablar de lo que sucede; sin embargo, para sanar, debemos enfrentar el dolor y conocer el tamaño de aquello que por falta de visibilidad por temor o por estigma social y tal vez por incomodidad, dejamos un tanto en el olvido, los errores de papá.
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Tristemente en nuestra cultura latina se ha convertido en un patrón cultural heredado por generaciones, se repite frecuentemente, erróneamente se dice demostrar “hombría”, mientras más mujeres se tenga eres más hombre. Ser así, no hace otra cosa que afectar a las familias, generando conflictos, odios, rencillas, las cuales nunca se terminan.
Estos conflictos escalan a niveles jurídicos, donde las herencias y bienes materiales llegan a ser tan problemáticos e inacabables. En su mayoría los errores de papá se silencian, no se habla de ello, su doble vida no es otra cosa que un vacío muy grande, fue una decisión consciente o no, pero enfrentar la responsabilidad con la pareja es un tema pendiente de reconocer y de enfrentar.
Honrar a tus padres
Es un golpe muy fuerte para la pareja e hijos de ambas relaciones, se vive una incomodidad que jamás se termina, de manera que, los papás que están pensando o acariciando la idea de una doble vida o ya la viven, es un infierno en esta tierra. Si eres hija e hijo de estos errores, recuerda que no tienes la culpa de las decisiones tomadas, lo que, recomiendo como creyente, es hablar con tu padre, sin señalar, sin enjuiciar, sin reprochar y mencionarle que la situación no es sencilla para nadie y que haber tomado esa decisión ha afectado la forma de vivir de todos.
Duele reconocerlo, pero no debemos ser jueces de nuestro padre y por si fuera poco debemos aceptar que él en algún momento se sintió bien de llevar esa vida de mentira. Se trata de una situación de comprensión y dolor, de una neutralidad y de un amor incondicional por quien colaboró para que estuvieras en este mundo, difícil de comprender, esto es indudable, pero el amor de hijo es el que debe permanecer, recuerda honrar a tus padres.
Papá no es perfecto
Los errores de tu papá son única y exclusivamente de él, de nadie más, tal vez sea el momento de dejar los reproches y reclamos, no nos concierne a ningún hijo señalar, aunque nos duela el alma. Otro error de papá tal vez haya sido su falta de afecto y cariño, deja atrás el pasado. Si el frío del afecto es todavía constante, es hora de comenzar a cubrirlo.
Las excusas y los rencores no nos permiten vivir y mucho menos, construir un hogar en nuestro interior. Si es tu caso, en el que papá no mostró alegría, identidad, unión, lealtad, respeto, amor y fidelidad, llegó el momento con el amor de Dios, de realizar un trabajo doble para fortalecer y apreciar el sentimiento de lo que hizo falta y demostrarlo ahora, llegará el momento en que verás que papá no es perfecto y a pesar de eso, nos aman a su manera.
“Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean prolongados en la tierra que el Señor tu Dios te da”. Éxodo 20,12.