Recupero aquí un artículo que escribí hace ocho años en un periódico de la provincia de Valencia. Lo ofrezco en dos partes para recordar a todos que los Reyes Magos existen de verdad:
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Desde hace muchos años me ha gustado mucho la fiesta de Reyes Magos. Aunque de pequeño era la ilusión de los regalos, la espera a que girase la cabalgata por la esquina de la placeta Giner y se acercase a la puerta de nuestra casa para que los pajes nos diesen en mano los regalos de sus majestades. Los nervios, el saber que se acercaban, la fiesta que suponía que por primera y única vez en el año alguien de fuera de tu entorno te llevase algo a casa que era para mi, y solo para mi, producía una emoción especial. Sin embargo, esto no es el único motivo que me lleva a amar especialmente este día.
Los tres son iguales
Cuando me fui haciendo mayor fue el componente de igualdad que destilan los Reyes el que comenzó a resultarme atractivo. El sentido teológico de la adoración de los reyes –todo el universo adora al Dios hecho hombre– ha llevado a que desde el principio de la cristiandad hayan sido representados como personas de distintas razas (normalmente de raza blanca, de raza negra y de raza oriental).
Además, son tres y no uno, todos en un mismo nivel, los tres son reyes, no hay ninguno por encima del otro, no hay jerarquía, los tres son iguales. El mensaje es claro y meridiano, somos seres relacionales y por ello necesitamos a los otros para vivir. Nadie es más que el otro, todos somos iguales y no podemos poner jerarquías entre nosotros. Los niños, suelen tener su preferido, pero no lo pueden elegir porque uno sea más que los otros dos, sino por gustos, por capricho, por exotismo…
Sin embargo, el descubrimiento más bonito que he hecho a lo largo de los años ha sido darme cuenta de que los Reyes Magos existen. Que en contra de lo que dicen algunos, existen de verdad, no son una historia, una mentira o un fraude. Los Reyes Magos hacen que en una sola noche, gran parte de las casas de nuestro país y de otros lugares del mundo se llenen de regalos. Que puedan llegar al mismo tiempo juguetes a niños que están en Galicia, o corbatas a mayores que están en Andalucía o libros a jóvenes que se encuentran en las Islas Canarias.
¿Y donde está la clave? En que somos muchos los que creemos que existen, somos muchos los que queremos que existan y por ello hacemos lo necesario para que se hagan realidad todos los años entre el 5 y el 6 Enero. Mis hijos lo saben desde pequeños, los Reyes Magos pueden llegar a todos los lados no porque haya una especie de embrujo que les permite hacerlo, sino porque tienen un montón de colaboradores secretos que les ayudan a conseguirlo.
Una historia que se repite
Porque hay mucha gente que sabe y que quiere que los Reyes Magos existan y colaboran para que no fallen, para que lleven sus juguetes y sus regalos a todas las casas. Esta es la magia de los Reyes Magos, esto es lo bonito de esta celebración, que tantas personas y tan diferentes estén dispuestas a colaborar en que sus majestades nunca fallen a su cita.
La voluntad de tantas y tantas personas hace que algo que parece irreal, fantasioso o irracional, sea una realidad contrastada año tras año. Que una historia (o leyenda) de hace dos mil años, siga repitiéndose hoy en día.