La profética exhortación pastoral ‘Comunidades acogedoras y misioneras’ (CAM) de la Conferencia Episcopal Española va mucho más allá de una pastoral sectorial sobre migraciones. Propone una revitalización eclesial con las personas migrantes, pero en realidad hay un elevado porcentaje de la sociedad que se han sentido extranjeros, ajenos o lejos de las parroquias y también tienen sed de Dios y de fraternidad.
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CAM insta a una profunda conversión pastoral, pero no lo hace desde arriba, con teorías ni planes estratégicos, sino que la transformación sucede en el abrazo a las personas migradas concretas. En un mundo polarizado y fragmentado, lo que no movería una suma teológica, es muy posible que lo consiga la convocatoria a unirnos por el hermano herido. Desde ese abrazo concreto se reforma una parroquia, un colegio o una radio.
Ese hermano herido es siempre Cristo. Toda actividad pastoral debe estar al servicio de la pregunta: “Señor, ¿cuándo te vimos?”, dice CAM. Desde lo concreto, personal y urgente, el documento reconstruye la pastoral con un modelo que supere el agotado departamentalismo, y sea más transversal, genere procesos y aúne en proyectos. Llama a que seamos comunidades eclesiales donde haya más espacio para la gente que generalmente encuentra puertas cerradas.
Nuevo ciclo sinodal
Exhorta también a salir mucho más a los foros comprometidos con la vida y la justicia, y ofrecer la casa eclesial para unirnos a defender y celebrar la dignidad humana. CAM reconoce y agradece la existencia de comunidades que rezan, celebran, viven y profetizan desde la experiencia de hospitalidad, pero llama a que haya muchas más. Es una llamada general a crear nuevos espacios abiertos y salir al encuentro para rezar, compartir, crear. CAM son los planos para impulsar el nuevo ciclo sinodal de la historia reciente de la Iglesia en nuestro país.