El único gasto moral en armamento es el que invierta igual y más en recursos para la paz. Si se gasta en misiles, se debe dedicar el mismo fondo y aún mayor en agencias de inteligencia, diplomacia, cultura de paz en los focos de peligro y fraternidad entre los enemistados.
- WHATSAPP: Sigue nuestro canal para recibir gratis la mejor información
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
¿Cuántos actos hemos hecho para volver a recuperar la fraternidad con la población rusa? La única política de defensa militar moral es la que tiene más palomas que balas. Las traumáticas experiencias del siglo XX formaron varias generaciones de ciudadanos que tienen una instintiva repulsión por la guerra.
Manifestaciones multitudinarias
Las protestas contra la guerra y la violencia son las que han convocado las manifestaciones más multitudinarias de la historia reciente. Por eso, la exigencia del secretario de la OTAN para que las poblaciones adquieran una mentalidad de guerra no solo supone un cambio cultural profundo, sino que quiere que volvamos a ser lo que no queremos ser y nunca debimos ser.
No solamente debemos sospechar del enemigo externo, sino, sobre todo, sospechar de lo que nosotros mismos podemos llegar a hacer. Entraña un gran riesgo rearmar Europa en una coyuntura en la que las ultraderechas están en ascensión. Para el conjunto de Europa, entraña un mayor problema el Putin interno que suponen las ultraderechas que el Putin externo.
Una medida de seguridad para impedir el uso agresivo de armamento reside en la europeización de la defensa. Todo es posible que si Le Pen gana en Francia, se una a Italia y la ultraderecha tome el timón de la Unión, así que es preciso que se apruebe una ley de máximo rango que prohíba el uso que no sea exclusivamente defensivo. Europa tiene muchas razones para sospechar incluso de sí misma. Las armas siempre las carga el diablo.