Lo expresas constantemente, lo dejaste bien claro en la creación, me haces sentir amado, cuidado y protegido. En las más pequeñas cosas ¿qué decir de la inmensidad? Lo tuyo es un amor místico, va más allá del sentimiento. Todo y tanto, una implosión silenciosa, es el amor sublime.
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Lo repites constantemente eres valioso para mí y yo te amo.
Así dice el Señor: “No temas que yo te he rescatado, te he llamado por tu nombre y eres mío. Si atraviesas las aguas, yo estaré contigo, en los ríos no te ahogarás. Si pasas por el fuego, no arderás, la llama no te quemará…, y es que tú vales mucho para mí, eres valioso y yo te amo”. (Isaías 43, 1-2,4)
Paz en mí
En tiempos de incertidumbre y desolación escuchar la Palabra de Dios renueva, fortalece, trae esperanza, confirma y, devuelve la tranquilidad perdida. Es el silencio que se transforma en oxígeno vital, luz entre las tinieblas, paz en mí.
Es sencillo, solo déjate amar, observa a tu alrededor y regresa a lo básico, nada hecho por los seres humanos es tan maravilloso como lo creado por Dios. Nada.
Son nuestras diferencias, intereses y percepciones, son nuestros conocimientos y actitudes los que nos alejan de lo esencial y del amor sencillo de Dios. Es fácil redescubrirlo; camina dos horas por el bosque, mira el mar al atardecer, cierra los ojos por diez minutos y vuelve a sentir ese amor que está en todos lados y que se magnifica cuando nos congregamos física o virtualmente. Su amor nos transforma, no podemos ser los mismos una vez que reconocemos a Dios creador, tanta ciencia y no se ha logrado igualar la belleza de lo natural. Somos hijos amados, más no pretendamos igualarnos. Hemos sido creados por Él, para regresar a Él, un camino de aprendizaje, libres para elegir.
Me amas y me lo demuestras, a cambio ¿qué hacemos? Devastamos, alteramos, contaminamos, exterminamos, quemamos, blasfemamos, dañamos, buscamos aumentar nuestros egos y vanidades. Y tú nos vuelves a amar, una y otra vez, siempre.
¿Quién soy para recibir tanto amor? Si me olvido de orar, a veces ignoro que estás aquí. Nos hemos apropiado de lo creado, pensamos que somos dueños, sin entender que es para admirar, compartir, cuidar, respetar y amar ¿Por qué como respuesta siempre tengo tu amor?