Fernando Vidal
Director de la Cátedra Amoris Laetitia

Misas con tiempo


Compartir

‘Messe qui prend son temps’ o “La misa que se toma su tiempo” –conocida por sus siglas MT– es una propuesta de los jesuitas franceses en la que, respetando la liturgia católica, prolongan la experiencia a 90 minutos para dar lugar a la meditación, reflexión e interacción. Pensada como un modelo para jóvenes menores de 35 años, la MT ha ido tomando forma en la Iglesia de Saint-Ignace de París, donde 20 minutos de oración personal, una música litúrgica muy cuidada, diálogo, danza, aprendizajes y un espacio de encuentro informal tras la eucaristía han ido acrecentando muy significativamente la comunidad y generando una vivencia que está dejando huella profunda.



Las propuestas pastorales más atractivas en los últimos años están señalando una y otra vez que, en medio de la crisis de hiperactividad y salud mental, la aceleración y las adicciones al scroll, la intromisión de las marcas comerciales en la intimidad, la competencia neurótica o una sociabilidad puntual y efímera, hay sed de contemplación, parsimonia, lentitud, profundidad, silencio compartido, aprecio, atención, permanencia, cuidado… Todo el resto induce al abandono, que es el gran mal que está sufriendo nuestra sociedad: abandono personal, abandonar tu cuerpo, abandonar la cultura, abandonar a los demás, abandonar la vida… Se está convirtiendo en un clamor de toda la sociedad, aunque todavía no sea popular.

Una joven, durante una oración en Cracovia/JMJ

Espíritu dominical

Más que nunca, se necesita el espíritu dominical, volver a hallar los respiros a lo largo del día, espacios o gestos simbólicos que cada día nos permitan ahondar, ampliar e intensificar lo que estamos viviendo. La tradición católica tiene muchos y es tiempo de recuperar e innovar. La Misa con Tiempo de los ignacianos franceses es un ejemplo y, quizá, deberíamos ser capaces de crear más signos en un mundo cada vez más abandonado de signos.

Lea más: