Las imágenes de Paquistán son hoy las de un país devastado y desbordado por la crisis humanitaria, millones de familias lo han perdido todo debido a las lluvias inusuales que provocaron las inundaciones en una tercera parte del territorio. Las cifras preliminares dicen que 33 millones de personas han sido afectadas, en cuestión de días medio millón de personas desplazadas, más de 1,400 personas han perdido la vida. La magnitud de la tragedia sin precedentes.
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Las inundaciones afectarán los medios de vida de millones de familias que han perdido sus cosechas y limitará el acceso a la educación para niñas, niños y jóvenes que asistían a 18,000 escuelas. Los trabajadores de la salud han advertido que las personas y el ganado afectados por las inundaciones están a pocos días de los brotes de enfermedades y epidemias transmitidas por el agua. Casi 6,700 km. de carreteras han sido dañados o destruidos lo cual hace más difícil las labores de rescate y el mismo reparto de la ayuda humanitaria. [1]
Las primeras horas en una respuesta de emergencia son cruciales para salvar vidas y reducir el daño, por eso el fluir de información es trascendental para articular una respuesta y movernos a la solidaridad. Precisamente con el surgimiento de las imágenes panorámicas puede hacerse un recuento rápido de los datos, gracias a eso hoy en todas latitudes sabemos lo que pasa casi de forma instantánea. La situación que hemos visto en Paquistán, supera el umbral de la crisis humanitaria para cumplir con las características de una verdadera catástrofe. Por esto las Naciones Unidas han lanzado un llamamiento de 160 millones de dólares para ayudar a Pakistán a hacer frente a las inundaciones. El secretario general de la ONU ha dicho: “la gente en Pakistán está viviendo la peor pesadilla climática del mundo”.
Crisis concatenadas
La escala de las necesidades en Paquistán es enorme y nos interpela, cada vez estamos viendo el impacto masivo de las emergencias que se complejizan con otras crisis concatenadas y se vincula profundamente con nuestra capacidad de reducir y frenar los efectos del cambio climático. Paradójicamente es que los efectos de estas emergencias son marcadamente masivos afectando de forma marcada a las personas y comunidades más vulnerables, siendo muchas veces las que menos contribuyen al empeoramiento de la crisis climática. La mitigación de los efectos de esta crisis climática podría lograrse si trabajamos en el cambio de comportamiento a nivel individual en términos de hábitos en ciertos sectores, sin eludir por supuesto nuestra responsabilidad colectiva.
Países enteros, personas bienhechoras, fundaciones y organizaciones humanitarias, incluyendo la pequeña Cáritas en Paquistán, están ya respondiendo a los múltiples llamamientos para dar alivio a los efectos de esta tragedia. La parte más difícil en una emergencia humanitaria de esta índole vendrá sin duda en la reconstrucción y recuperación que podrá ser muy prolongada y llevar años. La llamada a la solidaridad por Paquistán nos invita también a asumir nuestro compromiso individual por mejorar la relación con el medio ambiente, nuestro entorno: la casa común.
[1] Fuente: Pakistan: 2022 Monsoon Floods – Situation Report No. 5 (As of 9 September 2022) – Pakistan | ReliefWeb