Comienza el largo tiempo pascual: 50 días hasta el domingo de Pentecostés, y después de la ajetreada Semana Santa -aunque hayan sido días de vacaciones para muchos, pero también éstas cansan- pareciera que llegamos a una época del año en la que reinarán la tranquilidad y el sosiego. Espero que no sea así.
- PODCAST: Una Pascua para desconfinarse (de verdad)
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Y es que la alegría por la resurrección de Jesucristo, anticipo y garantía de la nuestra, en vez de llevarnos a la pasividad y al disfrute inerte, nos puede impulsar a vivir una Pascua creativa.
En efecto. La vida misma está asociada a la iniciativa, a la innovación, a la búsqueda. La muerte, por el contrario, se identifica con un ‘continuum fatigatum’, en el que resplandece la inercia de hacer siempre lo mismo, de repetir lo conocido, de reincidir en el camino recorrido. Vivir pascualmente, por el contrario, significará agudizar la mente y el corazón para aventurarnos por nuevas rutas en el seguimiento de Jesús, para explorar senderos hasta hoy desconocidos, para arriesgarnos en intentos intrépidos y cuyos desenlaces desconocemos, para ser creativos, innovadores.
Y te propongo tres bloques de preguntas, de acuerdo a la tríada: reflexión, celebración y vivencia de la fe, que componen los elementos claves de la teología y la pastoral, y que apelarán a nuestra creatividad.
¿Cómo podemos reflexionar mejor nuestra fe pascual? ¿Podríamos buscar, aunque sea en línea, algún libro o artículo recientes de teología para “refrescar el rollo” religioso? ¿Y algún texto de la Biblia, por ejemplo, los Hechos de los Apóstoles, que se lee en abundancia durante todo este tiempo? Mi formación en la fe: ¿consiste en lo aprendido durante el catecismo infantil? Habrá que renovarla.
¿Cómo podemos celebrar mejor nuestra fe pascual? ¿Y si vamos a misa, aunque no sea un matrimonio o una de difuntos? No estaría mal organizar una celebración de la fe en nuestra casa, con familiares y amistades, por el motivo que sea: ¿qué estructura podría tener? ¿Quieres ver cómo lo hacían los primeros cristianos? Lee Hechos de los Apóstoles 2,46-47.
Y, especialmente: ¿Cómo podemos vivir mejor nuestra fe pascual? ¿Qué te parece si nos aventamos un salto cualitativo, y damos algo más que la exigua limosna y la ropa que nos sobra? ¿Y si participamos en alguna ONG u OSC? Faltan voluntarios en muchas instituciones de servicio: ¿te animas a regalar un poco de tu tiempo? ¿Cuándo fue la última vez que visitaste a un enfermo o a un preso? El tiempo de Pascua es una buena oportunidad.
Pro-vocación
Ha sido la verdadera “Doña” de México. Murió el pasado sábado, en plena Vigilia Pascual, como vaticinio de su segura resurrección y la de sus ideales. Primera mujer candidata presidencial, diputada, senadora, fundadora de Eureka, medalla Belisario Domínguez, y un largo etcétera. La conocí en 1978, al concluir una misa, y me sorprendió su respeto y sensibilidad, su tenacidad y coraje, su pasión por la justicia y la verdad, su sonora risa. Fue más cristiana que muchos seguidores -así presumimos serlo- de Cristo. Descanse en paz Doña Rosario Ibarra de Piedra, pero que no nos deje reposar a nosotros.