José Francisco Gómez Hinojosa, vicario general de la Arquidiócesis de Monterrey (México)
Vicario General de la Arquidiócesis de Monterrey (México)

¿Por qué no es noticia?


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Hoy concluye el primer viaje internacional del papa Francisco en este año. Ha sido el 40º de su pontificado, y estaba previsto para julio del 2022, pero los problemas en su rodilla lo obligaron a aplazarlo. Visitó la República Democrática del Congo y Sudán del Sur. Me llaman la atención dos cosas, que convierten a esta jornada en algo inusual.



En primer lugar, que se acompañe del primado de la Iglesia Anglicana, Justin Welby, y del moderador de la Iglesia de Escocia, Ian Greenshields, quienes se le unirán en Juba, capital de Sudán del Sur. Como es costumbre en Bergoglio, sus gestos superan a sus declaraciones, y sobre cualquier pronunciamiento acerca del ecumenismo, el presentarse junto a estos dos líderes protestantes da un ejemplo que vale más que mil palabras.

Por otra parte, es de resaltar la poca cobertura informativa que en esta ocasión se le ha dado al periplo de Francisco. Acá en México, por ejemplo, un periódico que presume ser leído en todo el país publicó ayer, en su sección Internacional, las siguientes notas: el frío que azota a los EUA, el globo espía de China, los incendios forestales en Chile, la megacárcel de Bukele en El Salvador y … ¡el aumento de precio de los huevos en los EUA! ¿Alguna reseña del peregrinaje papal por África? Nada.

Creo que hay dos motivos que explican este silencio mediático.

Paparefugiadossudan

Uno es la lejanía geográfica. El llamado continente negro está tan retirado de México que nos resulta muy difícil, casi imposible, incluirlo en nuestros intereses más relevantes. Pareciera que es otro planeta. Para quienes tienen recursos económicos puede resultar atractivo visitarlo, y para los que no continúa apareciendo en el apartado “tierra de misión”, y quizá le dediquemos alguna oración.

La otra explicación de tal sigilo tiene que ver con los contenidos de los mensajes papales: todos “políticamente incorrectos”. Y es que condenó la violencia armada, las masacres, los abusos, la destrucción y ocupación de aldeas, el saqueo de campos y ganado, la explotación sangrienta e ilegal de la riqueza de esos países, y los intentos de fragmentación social y política para facilitar el control de las poblaciones.

Francisco de Roma, en África, exigió poner fin a la guerra y gritó: “¡Basta de enriquecerse a costa de los más débiles con recursos y dinero manchado de sangre. Manos fuera de África. Dejen de asfixiarla!”. Además criticó la insaciable avidez de materias primas y de dinero por parte de los países occidentales, el colonialismo económico y político, y concluyó que el continente africano no es una mina para explotar ni una tierra para saquear.

Por ello este recorrido africano del papa Francisco no es noticia: incomoda a quienes se han enriquecido a costa de esos pueblos.

Pro-vocación

Los cardenales Mario Grech, secretario general del Sínodo, y Jean Claude Hollerich, relator general del mismo, han hecho circular una carta a los obispos de todo el mundo para insistir en que, palabras más palabras menos, los episcopados nacionales no pueden imponer agendas. Los obispos, entonces, no son quienes deben decidir, solo ellos, cuáles son los temas a tratar en el próximo Sínodo. De acuerdo. Pero: ¿los va a definir el Vaticano, o el pueblo de Dios? Como lo he venido afirmando: el que pregunta se aguanta.