El anuncio
Hay quien ve cierta provocación en el hecho de que el Vaticano anunciase la autorización de las peregrinaciones al santuario de Medjugorje el día antes del 13 de mayo, día de la Virgen de Fátima. Casi a la vez, el nuncio en Bosnia y Herzegovina, Luigi Pezzuto, con el visitador apostólico especial de la Santa Sede, el arzobispo Henryk Hoser, lo proclamaban en el templo mariano y el portavoz vaticano, Alessandro Gisotti, lo confirmaba.
La resolución deja sin efecto la medida cautelar establecida en la que se pedía a las diócesis y parroquias que no hiciesen peregrinaciones oficiales, dejando esta devoción como un elemento de la piedad privada de los fieles. Eso sí, el Vaticano recuerda a todos que “se debe evitar que tales peregrinaciones creen confusión o ambigüedad bajo el aspecto doctrinal” ya que, reconocen desde Roma, las apariciones marianas y sus multitud de mensajes ininterrumpidos “aún requieren un examen por parte de la Iglesia”.
El bien pastoral que se hace en las inmediaciones de esta población de la zona Herzegobina y de etnia mayoritariamente croata se ha impuesto como criterio necesario para el día a día mientras sigue el discernimiento de los expertos, especialmente del propio Hoser que desde hace un año lleva estudiando a fondo el fenómeno en nombre de Francisco. Los peregrinos serán ahora una fuente de testimonio y aportarán luz a un proceso que se hace largo y que varias veces ya ha acabado en punto muerto. Por eso el Vaticano ha tenido que recordar que las medidas que se han ido tomando en estos últimos años no han entrado de forma definitiva en “cuestiones doctrinales relacionadas con la autenticidad de la historia de los 6 videntes sobre lo que ocurrió en Medjugorje a partir de junio de 1981, un fenómeno aún no concluido”.
La aparición
Todo el fenómeno que ha surgido en torno al santuario de las apariciones marianas es impresionantes. Los testimonios difundidos y publicados en estos años nos hablan de auténticas historias de fe y de conversión personal, desde futbolistas hasta gente vinculada a los principales capos del narcotráfico. El monte Podbrdo es otro desde que el 24 de junio de 1981, 6 jóvenes croatas de la localidad afirmasen que se les había aparecido la Virgen María bajo la advocación de Reina de la Paz.
Entonces Yugoslavia era por definición un país comunista y, por lo tanto, ateo. Y Medjugorje una serie de casas que formaban una aldea en la ganadería y la plantación de viñas y tabaco eran la única forma de subsistencia. Ese día 24, Ivanka Ivanković, Mirjana Dragičević, Vicka Ivanković, Milka Pavlović, Ivan Ivanković e Ivan Dragičević vieron en la colina una figura luminosa –según su relato–. Al día siguiente acompañaron a 3 de ellas Jakov Čolo y Marija Pavlović, que se reunieron con Ivan Dragičević y volvieron a presenciar la aparición. Así, diariamente unos días en el propio monte y, desde final de ese mes, en diferentes lugares en torno a la iglesia regentada por los franciscanos. Los videntes, desde 1985, han visto las apariciones de la “Gospa” –así se llama a la Virgen en el idioma croata– desde los diferentes sitios se han encontrado. Algunas videntes han recibido mensajes diarios un tiempo, otros anuales… Hasta hoy… bueno, hasta el 25 de abril y el 2 de mayo que se han producido los últimos mensajes –durante un tiempo eran los jueves, desde el 25 de enero de 1987 son el 25 de cada mes, con excepción de los 3 videntes que mantienen la aparición anual–.
Precisamente en Mostar el obispo de entonces, M. Pavao Žanić era un estudioso de la mariología. Un enfrentamiento con la gestión de los franciscanos –apoyados expresamente por la Virgen, según algunos videntes– le desencantará en 1982 y hará que recele del fenómeno de los videntes de Medjugorje. Esta oposición, con prohibiciones expresas al clero yugoslavo incluidas fueron leídas por muchos como una cesión ante el gobierno del país. Este escepticismo se mantuvo en los obispos locales y en importantes teólogos de la Curia Romana. Así quedó plasmado en 1991 en la declaración de Zadar, firmada por los obispos de la antigua Yugoslavia, que rebajan el tono de peregrinación y celebraciones en torno a los videntes hasta que la Iglesia se pronuncie definitivamente. La lista de defensores y escépticos no ha hecho más que crecer desde entonces.
Mientras, algunos Frailes Menores han sido apartados de su ministerio en el templo construido en la localidad. Entre ellos, el Tomislav Vlašić, durante varios años el director espiritual de los 6 videntes, que ha sido reducido al estado laical por Benedicto XVI en 2008 con acusaciones graves –a pesar de las alabanzas que en 3 mensajes la Virgen María había hecho de él–.
Junto a esto, está la propia evolución personal de los videntes. Más allá de que ninguno haya pasado a formar parte de la vida consagrada y que las familias de ellos se mantengan a partir de las conferencias y testimonios, siempre se sacará el caso de Ivan Dragičević, casado con una ex Miss Massachusetts.
Y todo esto sin entrar en el contenido los mensajes. Los videntes describieron a María midiendo 165 cm., esbelta, con unos 60 kg de peso, una apariencia de unos 18-20 años, nunca se arrodilla, la cara blanca con los pómulos levemente rojizos, los labios sin pintar, con unos leves hoyuelos que solo se ven cuando sonríe, ojos azules, vestido azul-grisáceo sencillo y sin nada de escote y sin cinturón, velo blanco, 12 estrellas doradas alrededor de la cabeza, pelo moreno, uñas sin pintar y orejas escondidas bajo el cabello. Esto leemos en la página web oficial al tratar de conocer el “fenómeno”.
El mañana
A pesar de que se retoman ahora las peregrinaciones, la web oficial de Medjugorje ofrece los datos de abril. En las celebraciones del templo a la Reina de la Paz se han repartido 158.000 comuniones y han concelebrado 2.740 sacerdotes, lo que supone 91 al día. Para estar prohibidas las peregrinaciones oficiales, parece que la libertad de movimiento de sacerdotes y fieles es un hecho incuestionable.
El papa Francisco ha alabado los informes que se han ido haciendo y el trabajo por arrojar luz en un asunto tan complejo con este con miles de posibles mensajes marianos. Habló de ello a la vuelta de Sarajevo y en algunas misas de Santa Marta ha hablado, siempre en abstracto y sin referirse al caso concreto de esta curiosa aldea, que el desconfía de quienes “siempre necesitan novedades en la identidad cristiana y olvidan que han sido elegidos, ungidos, que tienen la garantía del Espíritu, y que buscan: ¿dónde están los videntes, qué nos dice hoy lacarta que la Virgen nos enviará a las cuatro de la tarde, por ejemplo, no?, y viven de esto. Esta no es identidad cristiana. La última palabra de Dios se llama ‘Jesús’, y nada más. Otro camino para que retroceda la identidad cristiana es la mundanidad”, decía en 2015. Con palabras similares hablaba en los primeros meses de pontificado, cuando acuñó aquello que ya ha repetido de que la Virgen María a la que él reza no es una “superstar” o la empleada de correos que está preocupada por mandar un mensaje tal día a tal hora…
Esto mismo lo repetía justo hace 2 años, a su vuelta de Fátima. Se lo decía a los periodistas en el avión durante la rueda de prensa y preguntado explícitamente por Medjugorje. Francisco decía haber conocido de primera mano el testimonio del “innegable hecho espiritual y pastoral, de la gente que va allí y se convierte, encuentra Dios, que cambia la vida…” Pero, desconfiando de la pastoral de la “varita mágica” y situado ante el desarrolla actual del fenómeno de los videntes, mostrando claramente una línea con el inicio de las apariciones, señalaba: “Yo personalmente soy muy ‘malévolo’, yo prefiero a la Virgen Madre, no la Virgen encargada de la oficina de correos que todos los días envía un mensaje a tal ahora… esta no es la madre de Jesús. Estas presuntas apariciones no tienen tanto valor. Y esto lo digo como opinión personal”. Parece que esta tónica se mantiene, aunque se levanten algunas medidas. Para unos Medjugorje seguirá siendo una aldea alejada y desconocida, para otros un filtro que les obstaculice llegar a leer directamente el evangelio, para algunos una sencilla experiencia de fe que toca el corazón. Para tener una palabra definitiva y clarificadora, habrá que ejercitar la paciencia…