MARTES
Misa antesala de Calasanz. El padre Juan echa la vista atrás casi 50 años. Cuando la Iglesia se dejó conquistar por Juan Salvador Gaviota, un relato que se cubrió de alcanfor quizá demasiado pronto. “Hemos nacido para volar y el vuelo siempre nace de un sueño”, suscribe. “Quizás hemos olvidado el placer de abrir las alas y planear”.
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VIERNES
Consejo editorial de Vida Nueva. Antonio Roura, invitado de honor para explicar el giro dado en el currículo de Religión para “iluminar la experiencia antropológica del alumno”. Pocos como él se toman tan en serio la asignatura a pie de pizarra. En su gira para acompañar a los ‘profes’ de la pública y la concertada, ni un atisbo de duda frente aquellos que inventaron que Jesús desaparecía del mapa. Y no tiene problema alguno de posicionarse en contra de las fotocopias de fichas para parchear lo que algunos disfrazan como aprendizaje por proyectos. “No podemos acumular actividades porque sí. O apostamos por una narrativa, o matamos a la teología en el aula”.
LUNES
Reunión de Cristianos Sin Fronteras. Para programar lo que está por venir. A Irene le ha atrapado el nuevo libro del Papa: Te quiero feliz. “Habrá quien piense que está escrito para los jóvenes. Va más para nosotros, para los talluditos que acumulamos familia, catequesis, pastorales varias…”, apunta haciéndose eco de cierta sensación de agobio y cansancio entre quienes dinamizan las comunidades. “Nos tenemos que recordar que Dios nos ha hecho para ser felices”. Sin más cargos ni más cargas.
MARTES
A menudo recriminamos falta de cualidades para quien asume el liderazgo eclesial, exigiendo un máster en humanidad que para nosotros dispensamos. Mirlos blancos de papel de calco. Alguien me hace poner los pies en la tierra. “Todos los biógrafos de san Pedro Poveda coinciden en que no era un hombre brillante, pero sí un artesano de la armonía”. Y no le fue mal, ni a él ni a la Iglesia que supo impulsar y acompañar.
MIÉRCOLES
Al leer Donne Chiesa Mondo, me entero de que Pablo VI sugirió personalmente a las Hijas de la Caridad que prescindieran de la ‘corneta’. El Papa del Vaticano II abanderó la revolución del hábito. Justo me cruzo por Añastro con un par de ‘cornetas’ exportadas. Me da que también desconocían los planes de Montini y de su sastrería conciliar.
