Proyecto Cañí


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Pepe Lorenzo(José Lorenzo– Redactor Jefe)

“De ahí que el Proyecto Cultural hispánico va camino de convertirse en un proyecto ideológico de corte muy conservador, una continuación de un modelo ya fallido en España, que lejos de vertebrar, descoyunta, un mal remedo del italiano, más alambicado que éste, al que se le ve venir de lejos”



Anda la Iglesia italiana empeñada en un Proyecto Cultural cuyo objetivo no es otro que, dejando a un lado la retórica, ser capaz de instalarse, de tú a tú, en la plaza pública para hablar al hombre y a la mujer de hoy de un mensaje que es eterno y universal. La empresa es titánica, máxime teniendo en cuenta que hoy no se quiere perder el tiempo en escuchar a nadie, pues sólo se vive para uno mismo.

En España, hay instituciones eclesiales que, preocupadas por esa falta de diálogo entre la fe y la cultura, quieren importar el modelo. Aunque no sea original, la idea merece la pena y está en sintonía con esa nueva evangelización que va camino de hacerse vieja sin que se sepa muy bien en qué consiste.

Sucede que, a las buenas intenciones iniciales, se les han sumado, raudos, otros intereses y nuevas organizaciones del más diverso pelaje, dando lugar a la sospecha de que lo uno venía con lo otro. De ahí que el Proyecto Cultural hispánico va camino de convertirse en un proyecto ideológico de corte muy conservador, una continuación de un modelo ya fallido en España, que lejos de vertebrar, descoyunta, un mal remedo del italiano, más alambicado que éste, al que se le ve venir de lejos. Debe de ser porque aquí estamos más acostumbrados a correr detrás o a escapar delante y se nos hace difícil intentar acompasar el paso al del otro, al del prójimo, al del acompañante del camino. Aquí sólo vale el conmigo o contra mí. No se trata de sumar voluntades, sino de lograr adhesiones inquebrantables. Hay algo que parece genético en todo ello, y que Goya dejó plasmado al óleo va ya para dos siglos.

Y así, nuestro particular Proyecto Cañí se reviste de enjundia con genéricas argumentaciones filosóficas y teológicas, máximas que se agitan en campus de verano a lo largo de todo el año y que se destilan groseramente a través del nuevo periodismo católico. Y así, hasta la próxima ocurrencia con la que les plazca mezclar la fe.

En el nº 2.714 de Vida Nueva.