La tradición
En la región de Trento, en mitad de las fiestas del valle de Ledro, se ha organizado hace unos días una buena comitiva para despedir a un abeto destinado a ser el árbol de Navidad que se instalará este año en la plaza de San Pedro en el Vaticano junto al belén organizado cada año con la colaboración de las regiones italianas por el ‘Governatorato’ del Vaticano. Un camión especial trasladó este árbol entre aplausos y cámaras de teléfonos móviles a diferentes lados de la carretera.
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La salido se produjo al final del día, el pasado lunes 18 de noviembre para que esté instalado en Roma el 7 de diciembre para recibir la bendición del papa Francisco. “Es el regalo de toda una comunidad del valle, decidido unánimemente por el consejo municipal en su momento” según señalaba Renato Girardi, alcalde del municipio que reúne a todos los pueblos del valle cercano al lago de Garda, al diario Avvenire. Y es que el árbol lleva una gran pancarta protectora que pone “Un abeto de Ledro para San pedro”, alejándose de la polémica de quienes han protestado sobre su tala. Un corte al que no acudió ningún manifestante. En la despedido en el Trentino solo se escucharon las voces contrarias de “quizá tres o cuatro personas” según el alcalde.
El abeto salió del municipio escoltado por el cuerpo de bomberos voluntarios. Y es que para ellos ha sido una fiesta ya que esperaban este privilegio desde que en 2015 consiguieron ser designados sus vecinos de Valsuganotta de Scurelle –que donaron el árbol de 2016–. En este caso han talado un abeto de 70 años y de 30 metros de altura que estaba destinado próximamente a la tala.
La polémica
Mientras algunas medios se hicieron eco de la protesta habitual de grupos ecologistas que señalan que poner un árbol natural en medio de una plaza va contra el impulso dado por el Papa ‘Laudato Si’’. Campañas en redes sociales han encontrado cierto eco. Mientras, el alcalde cree que “los que polemizan con malicia están cómodamente sentados en sus teclados, fuera de nuestro valle” y se dedican a recoger “firmas que nacen de los prejuicios y la ignorancia: los hechos son otros”. Mientras, la asociación ‘Bears and Others’ ha lanzado la pregunta al Papa: “Usted, Santo Padre, ha invitado al mundo entero a respetar la naturaleza. Entonces, ¿por qué deberíamos cortar un árbol de 300 años para colocarlo frente a la ventana de su casa?”, y ha denunciado que el traslado tenga un coste de “más de 60.000 euros de dinero público”, según recogió La Vanguardia.
Para el regidor, que cuenta con el visto bueno del Vaticano, “el problema no existe” De ya que se ha seleccionado un árbol “destinado a la tala; tenemos un cultivo cuidadoso de nuestros bosques que además están certificados con el sistema Pefc con un riguroso plan de gestión: cortamos 5 o 6 mil metros cúbicos de los 8.200 disponibles para la recuperación. ¿Por qué desquitarse con un solo árbol, destinado de otro modo al aserradero?”, se cuestiona.
Además, este año se han difundido ‘fake news’ como que se van a cortar otros 36 árboles jóvenes de adorno que realmente proceden de invernaderos que, explicó el alcalde, para ello se ha pedido “a los escolares o a los ancianos de la casa de reposo que prepararan a mano los adornos para estos arbolitos destinados a embellecer las calles del interior del Vaticano”. Y del dinero matiza que se han contado gastos que se han determinado por las instituciones locales y regionales como el traslado de la banda con de música con 500 personas, así como actos en la región. Luego, “los empleados del Vaticano se encargarán en cambio de decorar el abeto de la plaza de San Pedro”, añadió.
El Vaticano
Desde la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano no han escurrido el bulto y han explicado en un comunicado que “la elección de este ejemplar ha sido determinada no sólo por un valor estético, sino también ecológicamente responsable, teniendo en cuenta que la retirada del árbol garantizará la reposición natural del bosque en las próximas décadas”. Como explicó el alcalde, clarifican que “los bosques de la zona cuentan con la certificación Pefc. Un bosque certificado por el Pefc es un bosque gestionado de acuerdo con los requisitos medioambientales, sociales y económicos más estrictos”.
Yendo a la situación de este paraíso natural del norte de Italia, desde el Vaticano, clarifican que “el rebrote anual del bosque de Ledro está certificado en 8.260 metros cúbicos, y el abeto extraído forma parte de una de las parcelas que habrá que cortar para el correcto cultivo del bosque”. Además, añaden, “la iniciativa del regalo navideño de Ledro al papa Francisco no se limitó, sin embargo, al abeto principal: asociaciones, instituciones, organizaciones y ciudadanos de a pie –tanto individualmente como en grupos– se dedicaron a la decoración de otros 39 árboles más pequeños, adquiridos y procedentes de cultivos dedicados, que se destinarán a oficinas, lugares públicos y edificios de la Santa Sede”.
Después, el Vaticano informó de que la madrugada del jueves 21 de noviembre se recibió el árbol “del ayuntamiento trentino de Ledro, a borde de un transporte excepcional de la empresa Santoni” y que se alzó el mismo 22 de noviembre añadiendo que “al concluir el periodo navideño, se obtendrá una obra de arte de la madera del árbol, que se expondrá en el ‘Ledro Land Art’, un sendero poblado de instalaciones realizadas con materiales naturales, escondido en el corazón del pinar de Pur, en Val di Ledro”. Ahora bien, como si de un bombón de Belorado se tratara, las campañas en internet –y las informaciones de algunos digitales–, siguen ‘RqueR’.
