MIÉRCOLES 22. “Hoy nadie quiere ser obispo y los que quieren serlo, mejor que no les dejen”. Palabra de mitra con callo.
JUEVES 23. “Una cosa es decir que perdonas y otra verdaderamente perdonar. A mí me costó un año entero de oración. Una tarde tras otra ante el Señor para que me ayudara”. Escalofrío. Me lo dice alguien que vivió los años más duros del conflicto vasco, que tuvo que marchar con una mano delante y otra detrás después de entregarse en un aula. Hoy mira atrás sin que supure la herida.
SÁBADO 25. Mañana. Consejo Diocesano de Pastoral. Por la cabeza de uno pulula humo artificioso disfrazado de ideas felices para reconquistar a los no alejados. Pamplinas. Tal cual. Porque alguien toma la palabra y recuerda que en Parla todos los días hay un desahucio. “Jesús se encarna ahí”, suelta como si tal cosa. Quién evangeliza a quién.
Tarde. Colegio Nuestra Señora de Loreto de Madrid. La Sagrada Familia de Burdeos cumple 200 años. Osoro preside. No como cardenal, sino como aquel sacerdote al que las religiosas cuidaban y apoyaban en Santander. El arzobispo se siente en casa. Arropado, mientras en otras coordenadas le hacen sentirse todavía extraño. “La gran tentación de los miembros de la Iglesia ha sido buscar otros centros: el brillo, el triunfo… Cuando el verdadero centro es Cristo”, lanza como quien no quiere la cosa. Y reivindica a una familia carismática que ha sabido “hacer camino y no quedarse en los cuarteles de invierno”.
DOMINGO 26. Cine. ‘Aladdin’ en carne y hueso. Hágase saber –sin hacer ‘spoiler’– que hasta Disney actualiza el guión para empoderar a sus princesas. Para que no se queden embobadas a las primeras de cambio y reivindiquen la autoridad en el reino.
LUNES 27. Roma. Todavía hay resaca por el artículo de Benedicto XVI sobre los abusos y mayo del 68. Sobre su autoría. Su pertinencia. Y el deseo de algunos de que Francisco lo vetara para lograr el tan buscado enfrentamiento entre emérito y regente. No se dieron el gusto.
MARTES 28. Encuentro de directores del Boletín Salesiano de todo el mundo. Preocupación compartida. Por cómo conectar con la agenda informativa de la gente de a pie y no con la que marcan los políticos. “Nos lo están pidiendo los jóvenes, otra cosa es que no les queramos escuchar”, reafirma… Y si lo dice un hijo de Don Bosco…