El genio femenino se caracteriza por percibir la realidad desde una profundidad más aguda y exacta; y este es el caso de la profesora María Esther Gómez de Pedro, que ha escrito un libro sobre la libertad en el pensamiento de Joseph Ratzinger, subtitulando como riesgo y tarea.
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La obra fue publicada en el año 2014 por la Editorial Encuentro, en España, y surge como idea de aproximarse al concepto de libertad, frente al gesto revolucionario de absoluta libertad en Benedicto XVI, al renunciar al ministerio petrino.
La autora, desde una perspectiva real: académica y científica, pretende evidenciar como Joseph Ratzinger no puede ser visto como un guardián absolutista de la fe, lo cual reduciría su fecundo pensamiento, como defensor de la razón y la libertad.
La obra derrumba el mito de asociar a Benedicto XVI a un cúmulo de prohibiciones, negaciones que castran los ideales ‘progresistas’ de la actualidad, reflejando la genuina teología y concepción filosófica del autor, más allá de la diatriba estéril de inviernos y primaveras eclesiales.
Un libro que habla de Ratzinger y libertad
En el texto se muestra como Ratzinger es promotor de una auténtica antropología de la libertad humana, a través de la razón en la búsqueda constante de la verdad. En una visión diametralmente opuesta a la de teólogo inquisidor, que solo sabe decir no.
Según Gómez De Pedro, la libertad, en el pensamiento Ratzinger, es entretejida con los hilos de la razón, la verdad y los bienes espirituales, abierta a la trascendencia del bien y del amor. Ya bien lo decía el pontífice en su célebre discurso a los jóvenes en Colonia, en la JMJ 2005: “¿Y qué puede salvarnos, si no es el amor?”.
El horizonte de la libertad, en la verdad y el amor
Pero ahora el amor es reducido a una comprensión netamente individual, incluso egoísta, en la construcción divinizada del ego, en el que solo vale el criterio absoluto del yo. Y esta percepción subjetiva particular es la base en la que se construye el pensamiento de la denominada posverdad.
Cuando esto pasa, — dice la autora—: “el actuar del individuo centrado en sí mismo, que atiende únicamente a sus caprichos como criterio exclusivo de actuación, y su praxis” transforma “en objeto de manipulación y poder” a los demás.
La libertad, en sí, es la impronta de la vida divina en el hombre: “creado a su imagen y semejanza”, pues ha sido el mismo Dios el primero, en crear y amar, en completa libertad a la humanidad.
El testimonio de libertad en Ratzinger
Por eso la autora habla de la antropología de la libertad, en la ontología de la libertad según Ratzinger, desde la perspectiva de la relacionalidad: “la esencia misma de la libertad hecha para trascenderse y unirse en una relación de amor con otro tú, de una manera perfecta con un tú divino y de una manera más limitada con un tú humano”, abre las puertas de par en par al verdadero sentido de la libertad humana.
“Sólo una libertad ejercida desde y para la verdad será propiamente humana”, por eso, en honor a la verdad, hay que reconocer en Ratzinger el valiente testimonio profético de libertad: en su vida (antes y después de su renuncia al pontificado), en sus escritos (con el sólido magisterio teológico) y en su obrar coherente con la fe que le sostiene.
El resto, son visiones ideológicas, “y no son las ideologías las que salvan al hombre, sino dirigir la mirada al Dios viviente, el garante de nuestra libertad, el garante de lo que es realmente bueno y auténtico”, como dijo Benedicto XVI.
Datos del libro: Gómez de Pedro, M. E. (2014). Libertad en Ratzinger: riesgo y tarea. Ediciones Encuentro, S.A.