Reflexiones sobre una pandemia: aprender sus lecciones (I)


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La Covid-19 ha sido la pandemia más letal desde que existen registros escritos. En España, los muertos se han contado por centenares de miles, y todavía en los hospitales atendemos numerosos ingresos por la enfermedad. Aun cuando la tendencia sea a olvidarla cuanto antes, dados los enormes sufrimientos que ocasionó a individuos y sociedades, esto sería un inmenso error: si bien es cierto que no existe una amenaza inminente conocida –por el momento el virus gripal H5N1 no ha demostrado potencial de transmisión interhumana-, la mayoría de científicos creen que el riesgo de una futura pandemia se halla presente. La frase de Haim Herzog (antiguo presidente del parlamento israelí) cuando visitó nuestro país a principio de los años 80, “No podemos cambiar el pasado, pero podemos aprender sus lecciones” está hoy más vigente que nunca.



Enseñanzas necesarias

Debemos por ello reflexionar sobre la pandemia, y extraer las enseñanzas necesarias. Sin embargo, en nuestro país y en otros, los políticos y las administraciones más bien parecen rehusar este aprendizaje. Por soberbia o incompetencia, o por ambas cosas a la vez, no se ha dado un solo paso para que el país esté protegido una próxima vez.

Pretendo desde estas líneas ofrecer algunas de mis propias reflexiones, como profesional sanitario en ejercicio y tras haber atendido cientos de enfermos de Covid-19, en diferentes momentos de la pandemia y en diversos estados de gravedad. Por ejemplo, parece claro que nuestro sistema sanitario público –uno de los más potentes y avanzados del mundo- mostró debilidades y carencias, lo que condicionó las cifras terribles de morbilidad y mortalidad que hemos sufrido.

enfermeros

Foto: EFE

Uno de los problemas más evidentes fue la ausencia de una historia clínica electrónica común en todo el sistema sanitario, que habría permitido generar datos robustos y comparables, tal como hicieron los británicos, que disponían de un sistema de recogida de datos centralizado. Es uno de los motivos de que España apenas haya ofrecido publicaciones relevantes en cuanto al manejo clínico. Algo que sería sencillo –la unificación de tecnologías de la información en todo el territorio nacional– resultó inviable dada la fragmentación de nuestro sistema sanitario, anquilosado por una política quizás más dañina que la misma Covid-19.

Otro grave problema fue el desprecio a la mayoría de iniciativas privadas, motivo por el que nada hemos podido aportar en el campo de las vacunas, en el que se ha demostrado que los acuerdos entre gobiernos, la iniciativa privada y los recursos académicos, fueron críticos para facilitar el rápido desarrollo de la primera generación de vacunas.

Del mismo modo, en una futura pandemia será fundamental la credibilidad de los gobernantes, pero eso será motivo de reflexión en otra entrada.

Recen por los enfermos, por quienes les cuidamos, y por este país.