Las porras, los gritos, las canciones pegajosas, los abrazos y besos, las danzas, que abundan en los encuentros juveniles masivos, rejuvenecen a cualquier adulto mayor que se arriesgue a asomar la nariz en ellos.
- PODCAST: Francisco, víctima del Espíritu Santo
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Así lo supuso el papa Francisco, en su viaje a Lisboa para participar en la XXXVIII Jornada Mundial de la Juventud. “Voy a regresar rejuvenecido”, declaró, y recientemente, en entrevista a este medio por sus 65 años de vida, refirió que sólo quien sueña puede permanecer joven.
De modo que Francisco de Roma, consciente de la algarabía que enfrentaría en esta semana portuguesa, aporta otra característica para que nuestra Iglesia pueda rejuvenecer: soñar.
Soñemos, entonces, con una Iglesia que regrese a su carisma y deje de preocuparse por su estructura institucional; que retome el evangelio y se interese menos en el Derecho Canónico; que sea más kerigmática y menos dogmática.
Hay que soñar con una Iglesia menos proselitista y más testimonial; capaz de compartir su verdad pero abierta a escuchar -y valorar- otras; promotora de luces y no de sombras, sonriente y no amargosa; transparente.
Podemos soñar con una Iglesia más inclusiva y acogedora; presta para abrir sus brazos pero no para cerrar los puños; comprensiva y tolerante, ecuménica y abierta a la sabiduría que existe en otras religiones, en las más diversas culturas.
¿Por qué no soñar con una Iglesia cuya liturgia sea menos solemne y más vivencial, con menos cantos en latín y más expresiones autóctonas, promotora de un culto cercano a los fieles, cada vez más femenino, a semejanza de las cenas del Señor originales?
¿Y si soñamos con una Iglesia en la que las mujeres puedan ser curas, obispos, cardenales y hasta Papa, pero sin caer en el clericalismo tan propio de los varones?
¿Es absurdo soñar con una Iglesia menos poderosa y más humilde, pobre para los pobres -como lo ha pedido Francisco de Roma-, con ropajes litúrgicos menos costosos y más acordes a las diferentes culturas, con menos vasos sagrados y más atención a la sacralidad de las personas?
Bergoglio regresa rejuvenecido de Lisboa, para seguir intentando rejuvenecer a nuestra Iglesia. Ojalá lo apoyemos en el intento.
Pro-vocación
No es la primera vez que lo dice, y por levantar la voz lo han acusado de transmitir lo que quieren manifestar los grupos delincuenciales. El obispo emérito de la diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, sostiene que la reciente violencia en el Estado mexicano de Guerrero se da por un vacío de poder, debido a la falta de experiencia de la que hacen ostentación los gobernantes de la entidad. Un pastor más cercano a sus fieles, que expresa sin tapujos lo que le afecta a su grey.