El día de reflexión que la ley establece antes de las votaciones cesan las manifestaciones políticas para que la población pueda serenarse antes de decidir su voto. El sábado 8 de junio, antes de las elecciones al Parlamento Europeo, el delegado del Gobierno en Madrid pretendió prohibir a un grupo el rezo del rosario en las escalinatas de una iglesia muy próxima a la sede del Partido Socialista, en la calle Ferraz, donde cada tarde persisten duras manifestaciones ultraderechistas contra el Gobierno de España. Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid avaló la legalidad del rezo de ese rosario, ya que solo se prohíben actos que persuadan sobre el voto.
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El pequeño grupo, con algunos de sus miembros envueltos en la bandera de España, pudo rezar después de leer una declaración. En ella se calificaba al Gobierno de tirano y se le acusaba de atacar a la cruz, y odiar a Cristo y a la Virgen María. Los participantes en el acto desafiaron martirialmente a que les enviaran furgones policiales para detenerles y encarcelarles. Afirmaron que “un católico solo debe tener miedo a ir al infierno, a nada más”, y que “Dios está con nosotros”. Finalizaron la cita gritando “¡Viva Cristo Rey!… ¡Viva la España católica!”.
Mal uso de la libertad religiosa
Probablemente, la mayoría de la población ha considerado que un rosario como este tiene impacto político y que se hace en ese lugar precisamente por el simbolismo de estar a las puertas de la sede del PSOE. Tiene tanta carga provocativa que es difícil que no sea político, y es claramente antigubernamental. No busca el misterio, sino la agitación. No une, sino que divide.
El mal uso de la libertad religiosa induce a la radicalización laicista y daña la verdadera libertad de expresión. Un católico no debe tener solo miedo a ir al infierno, sino que debe también tener miedo a dar miedo a los demás.