José Luis Pinilla
Migraciones. Fundación San Juan del Castillo. Grupos Loyola

Rutilio sin fronteras


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Consta por escrito: “Queridos hermanos y amigos, me doy perfecta cuenta que muy pronto la Biblia y el Evangelio no podrán cruzar las fronteras. Sólo nos llegarán las cubiertas, ya que todas las páginas son subversivas. Contra el pecado, se entiende. De manera que si Jesús cruza la frontera cerca de Chalatenango, no lo dejarán entrar. Le acusarían al Hombre-Dios de agitador, de forastero judío, que confunde al pueblo con ideas exóticas y foráneas, ideas contra la democracia, esto es, contra las minorías. Ideas contra Dios, porque es un clan de Caínes. Hermanos, no hay duda que lo volverían a crucificar. Y lo han proclamado”.



Es el llamado sermón de Apopa del padre Rutilio Grande SJ en respuesta al hostigamiento y expulsión del país del sacerdote jesuita Mario Bernal por parte del gobierno salvadoreño. El padre Rutilio fue beatificado el 22 de enero junto a dos laicos y Fray Cosme Spessotto, OFM. Este ultimo con similares intenciones evangelizadoras y de justicia social fue asesinado el 14 de junio de 1980 mientras se encontraba arrodillado en un banco de una iglesia.

Rutilio, junto a los dos laicos, fueron martirizados el 12 de marzo de 1977. Un anciano Manuel Solórzano, su compañero inseparable, y un adolescente Nelson Rutilio Lemus, símbolos del pueblo salvadoreño. A pesar del peligro que corría su vida, Rutilio se negó a salir de la parroquia, no quiso abandonar a su pueblo. “Debemos hacer lo que Dios quiere”, fueron sus últimas palabras.

El texto apuesta como veis por un evangelio sin fronteras aunque estas existan dolorosamente para muchos empobrecidos ante quienes todo tipo de vallas y muros se les presentan como insalvables. Hasta ahora estaba siempre relacionado con el Santo Romero de América. Ahora, Rutilio será reconocido en su vida propia también como santificado.

Rutilio y monseñor Romero

A propósito de esta relación el jesuita Rodolfo Cardenal cuenta la anécdota de que en su visita en Roma como perito en el proceso de beatificación se encontró con el papa Francisco, quien le preguntó si ya constaba algún milagro. Y le dijo, con una gran sonrisa, que ya había uno. Y agregó que “el gran milagro de Rutilio Grande es monseñor Romero”. monseñor Romero no se comprende sin Rutilio Grande.

Y para mí es una alegría muy grande que estas vidas estén también unidas en dos vitrales de una ventana en un pueblo escondido de las montañas de La Cabrera en León – donde la emigración ha dejado gran huella–. Se trata de Robledo de Losada, donde tuve la dicha de compartir mis primeras correrías apostólicas con un montón de gente buena.

Allí, con el anterior presidente de la Comisión de Migraciones, Juan Antonio Menendez, tuve la oportunidad de acompañarle cuando llevó a una iglesia renovada por el esfuerzo hermoso y solidario de sus vecinos las reliquias de S. Romero de America. Intencionadamente y con gran acierto e inspiración el autor del encargo y del diseño de los vitrales, Senén Bernardo, colocó en las dos hojas de la ventana, a Oscar Romero y el ahora beatificado Rutilio Grande. Como si la luz de lo alto fundieran su vida en una. Y cerca el vitral de San Martín de Tours, patrono del pueblo.

El citado Rodolfo Cardenal habla en 2019 de Rutilio como mártir de la evangelización rural en El Salvador. Qué significativo es que su recuerdo haya llegado a una esquina también rural, montañosa, escondida y bella de la geografía de España. Allí, los pocos vecinos que aun permanecen (la emigración dejó sus huellas) celebrarán que de alguna manera ya le “habían beatificado antes” de este 22 de enero colocando su figura en la iglesia de su pueblo. Y es que los pobres y humildes, los escondidos tienen un “olfato” especial para detectar la santidad… Y no necesitan de largos procesos ni de ingentes sumas dinerarias para reconocerlos como tales.

Se unirán así a otros reconocimientos multitudinarios a celebrar en la plaza del Divino Salvador del mundo en San salvador, capital de El Salvador. Justo desde donde han partido tantos emigrantes en las caravanas que se dirigen hacia el norte 1.600.739 emigrantes han salido al menos en lo que supone un 24,8% de la población de El Salvador. En España la comunidad de salvadoreños es la más numerosa del continente europeo, con alrededor de 20.000 personas emigrantes que se unirán pos supuesto en nuestra tierra a tal fiesta, aunque se estima que esta cifra, en realidad, se puede ampliar bastante , pues muchos de ellos están a la espera de regularizar su situación en el país y no figuran en el sistema.

Mural de Romero y Rutilio

Ligeros de equipaje, solo con el peso de sus sueños y la esperanza de un mejor futuro para ellos y sus familias. Lo dejan todo, y en su mochila solo llevan lo que consideran básico para sobrevivir a la difícil ruta que muchos inician en la antedicha plaza Salvador de Mundo y que finalizará hasta donde la suerte lo permita. Como si el ya Beato Rutilio quisiera acompañarlos en sus viajes.

“Yo a Rutilio lo quiero mucho. En la entrada de mi cuarto tengo un marco que contiene un pedazo de tela ensangrentada de Romero y los apuntes de una catequesis de Rutilio”, reveló el Papa en su momento
No conozco la catequesis que guarda el papa .Seguro que estará empapada de la opción que Rutilio y Mons. Romero hicieron por los pobres y su liberación de toda clase de opresión. El orden oligárquico esperaba entonces y ahora que los pastores sin tanto “olor a oveja” contribuyeran a mantener al pueblo callado, pasivo y resignado con su suerte, ya que sus sufrimientos serían recompensados grandemente en la otra vida. Por tanto, debía predicar, según Rutilio, “un Cristo mudo y sin boca, para pasearlo por las calles. Un Cristo con un bozal en la boca. Un Cristo fabricado a nuestro antojo y según nuestros mezquinos intereses”. Ni él ni Mons. Romero aceptaron desempeñar ese papel tradicional, porque el evangelio no tolera la opresión. Sabiendo de las implicaciones políticas que suponía. Ninguno de los dos se asustó de ellas. Al contrario, se mantuvieron fieles al pueblo salvadoreño y a Jesús de Nazaret hasta entregar su vida. No está de más , sino todo lo contrario , recordar hoy día este estilo de vida sacerdotal y episcopal.

Todo es nuestro, nosotros somos de Cristo y Cristo es de Dios. Rutilio lo expresó bellamente en una de sus homilías como “una mesa común con manteles largos para todos, como la Eucaristía. Cada uno con su taburete”. Las figuras de vidrieras de la Iglesia de Robledo de Losada que unen a Romero y Rutilio son dos alas de un mismo estilo de vivir . Y están situados junto a una verde pradera con las cruces que recuerdan a los mártires de la UCA ( también sacerdotes y laicos unidos). La Luz, sin fronteras , entra por el ventanal y se dirige fragmentada en mil colores – no solo de sangre- hacia el altar de pizarra cabreiresa que contiene la reliquia de Romero . Y desde allí esa luz, hecha pan y vino se hace alimento para el camino de todos los peregrinos del mundo . Y, desde los pequeños pueblos de El Paisnal en El Salvador hasta Robledo de Losada en España, “para todos llegue la mesa, el mantel y el conqué”.