MIÉRCOLES. Entreculturas. Llego con mis prisas insufladas y preocupaciones de plexiglás a la sala. El Amazonas se impone. De un plumazo se borra la tontería que pulula por el cerebelo. Porque ahí se juega la vida. Entre los laicos y religiosos que se la juegan. Me pintan el rostro con los pigmentos de los pueblos originarios. No me libro. Me han hecho cómplice.
JUEVES. Ángeles Conde, Premio Lolo de Periodismo. A quien nunca ha buscado el foco. A quien se sabe comprometida con la realidad. Con la Iglesia. Todavía se le saltan las lágrimas cada vez que habla de los cristianos iraquíes. Y le hierve la sangre ante las injusticias humanas y eclesiales. Pero, por encima de todo, un humor que solo puede salir de alguien con una fe bien amarrada. Twelve points.
VIERNES. Cementerio. Más flores que nunca. No todo es Halloween.
SÁBADO. Equipo de misión compartida. Reflexión en voz alta. Sobre los itinerarios de crecimiento interrumpidos. Lo mismo en la pastoral escolar que en la parroquial. Falta cantera. Porque falta acompañamiento.
DOMINGO. Los santos. Lo son. Pero no por sí mismos. Gracia de Dios. Sí. Y respaldo del entorno. Porque tan canonizado es el oficial por virtudes heroicas como los secundarios que le dieron alas para ello. Caigo en la cuenta gracias a Julia, que me enseña una taza de un venerable en común. “Cuando ya era mayor, un hermano de comunidad le llevaba todos los días un chocolate caliente”. Santos a la taza, de andar por casa.
LUNES. Debate electoral televisado. La nada. No por la nula referencia a la religión. Casi mejor. La nada. Por el bloqueo en discursos y posiciones. Encallados. Lo mismo ahora que en abril. Me quedo con el obispo de Ávila: “La Iglesia no se presenta a las elecciones”.
MARTES. Taller de liderazgo. Al parecer, cuando un japonés va a firmar un negocio, primero busca conocer al máximo al que tiene enfrente. Karaoke incluido. Después, elabora un contrato a su medida. Filosofía aplicable a una Iglesia en salida. ¿Vamos con el contrato catequético por delante o con ánimo de compartir melodía con el de fuera? Sabiduría nipona.
