La decisión
Volvemos, una semana después, en este blog a traer el tema de comunión a los políticos. Algo que esta en la agende de los obispos estadounidenses que han respaldado –con 168 votos a favor, 55 en contra y seis abstenciones– redactar en otoño una instrucción sobre “el significado de la eucaristía en la vida de la Iglesia” con Biden y los políticos que voten a favor de leyes abortistas en el punto de mira.
- ?️ El Podcast de Vida Nueva: ¿Indultos para reconciliar?
- ¿Quieres recibir gratis por WhatsApp las mejores noticias de Vida Nueva? Pincha aquí
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Esta aplastante mayoría de votos, unida a interesadas filtraciones de determinados sectores del episcopado, ha llevado a que desde la Conferencia Episcopal católica de Estados Unidos hayan tenido que pedir perdón por los mensajes contradictorios que unos y otros prelados están enviado a los fieles sobre la cuestión de la comunión de los políticos católicos. Tanto es así que los portavoces oficiales evitan ya vincular dicho documento a los políticos como sus principales destinatarios.
La razón oficial del documento, señala la Conferencia Episcopal en una nota del 21 de junio, es “la disminución de la creencia y la comprensión de la eucaristía entre los fieles católicos” algo que lleva preocupando a los monseñores “durante algún tiempo”. Ahora bien, no se puede negar –lo confirmó el arzobispo de Los Ángeles y presidente de la conferencia, José Gómez– que el documento surgió como propuesta de un grupo de trabajo centrado precisamente en analizar las consecuencias de tener un presidente católico pro-aborto. Y, tal como recoge en un minucioso análisis Christofer White en NCR, hasta el 22 de mayo estaba prevista una sección específica dedicada a la comunión de los políticos y demás líderes sociales.
La vuelta de tuerca
Entre quienes ha intervenido en el debate de la plenaria está el arzobispo John Wester, de Santa Fe, Nuevo México, que reclama que “no debe haber ningún elemento en ese documento sobre la coherencia eucarística”. En su blog personal, el arzobispo de Boston, el cardenal Sean O’Malley, escribió que “al principio, había algunos que imaginaban que el documento se refería a los personajes públicos y a la recepción de la eucaristía”, mientras que ahora “el Comité de Doctrina lo ha ajustado para evitar centrarse en categorías de individuos y tratar de desarrollar un documento teológico en torno a la eucaristía y a la cuestión de la preparación y la coherencia eucarística”. Varios obispos más han empleado explicaciones similares en comunicados a sus diocesanos o en entrevistas estos días.
Hasta que llegue el otoño, en sintonía con el ambiente de sinodalidad que se empieza aimporner, el arzobispo Gómez ha anunciado que habrá “una serie de reuniones y consultas regionales” para discutir los componentes del borrador del documento. Hay quien dice, tras una pandemia en la que el coronavirus ha dejado a tantas personas por el camino, que la Iglesia en Estados Unidos y las eucaristías que se celebran tienen que interpelar más a la fe y la caridad de los fieles, que ajustar cuentas con un presidente del Partido Demócrata. Siempre son curiosas las diferentes varas de medir según qué coherencias sacramentales.