“No dejéis de hablar de Palestina” fue el “recado” que dejó Raquel Martí, directora ejecutiva de UNRWA ,(Agencia de Naciones Unidas para Palestina) en España al final del webinario titulado “La situación en Palestina” recientemente organizado por la Comisión General de Justicia y Paz España , en el que ofreció una completa panorámica de los efectos de la destrucción total en el territorio y las vidas de la población civil gazatí y cisjordana a consecuencia de los ataques ilegítimos cometidos por el Gobierno de Israel desde hace más de diecisiete meses. Un escenario de terror en el que sin embargo cada día la UNRWA sigue apostando por apoyar a la población en 28 campos de refugiados, 750 escuelas y aproximadamente 150 centros de salud.
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La UNRWA lleva la friolera de 77 años trabajando en Palestina y sin duda este es uno de los tiempos más complicados de su trayectoria, en el que el actual inquilino de la Casa Blanca avala de una manera más descarada que sus predecesores, las políticas del gobierno Israelí y plantea cuestiones disparatadas como el desalojo de la población palestina de su tierra y su desplazamiento a Egipto y Jordania para construir en el territorio de la Franja una “Riviera turística”. En un momento en el que el gobierno de Netanyahu sigue permitiendo la apropiación indebida por parte de colonos de tierras de población palestina en Cisjordania. En que un momento en que impide el suministro eléctrico o suspende la ayuda humanitaria a la población de Gaza en pleno mes de Ramadán.
La sucesión de acontecimientos chocantes producidos desde el último 25 de enero, fecha del relevo en la presidencia de EEUU parecen haber dejado paralizada a la ciudadanía más militante y concienciada de Occidente que cada día se frota los ojos viendo lo fácil que resulta al presidente de los Estados Unidos y su equipo desprestigiar y desnaturalizar estructuras y organizaciones otrora inamovibles construidas desde el consenso y la esperanza (llámese corte penal internacional, Unión Europea o derechos humanos entre otros) y es que como bien decía Antonio Machado en sus proverbios y cantares:
De diez cabezas, nueve
embisten y una piensa.
Nunca extrañéis que un bruto
se descuerne luchando por la idea
La brutalidad y el odio están apropiándose del espacio público, político y mediático. Frente a ello es necesario reaccionar con sabiduría y astucia. Este tiempo de Cuaresma, que coincide en buena parte con el mes del Ramadán debería servir para empatizar con el sufrimiento del pueblo palestino y de tantos otros (Siria, Líbano, República Democrática del Congo, Ucrania) y animarnos a no ser agoreros de desesperanza sino resistentes en nombre de la libertad, de los derechos humanos y, si además somos cristianos y cristianas, en nombre del Evangelio de Jesús de Nazaret, un palestino más, desmontando los mensajes falsos que empujan al odio y al miedo porque tal y como dice el Corán: “Lo falso ni crea ni recrea”.
