Coincidiendo con “Alex”, la tormenta que ha asolado zonas de Francia e Italia a comienzos del mes de octubre, se ha puesto a prueba con éxito un sistema de esclusas subacuáticas que han impedido, por primera vez en la historia, que Venecia se inundase y fuéramos testigos, una vez más, de una plaza de San Marcos anegada, poniendo así en riesgo una enorme cantidad de tesoros artísticos que alberga la ciudad. Literalmente, Venecia se ha salvado de las aguas, por eso ese sistema de esclusas ha recibido el nombre de “Moisés”.
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El nombre está perfectamente escogido, aunque, por desgracia, habrá muchas personas que desconozcan su procedencia. Otras muchas, sin embargo, sí recordarán que el origen se encuentra en la Biblia, concretamente en el libro del Éxodo: “Cuando creció el muchacho, [su madre] se lo llevó a la hija del faraón, que lo adoptó como hijo y lo llamó Moisés, diciendo: ‘Lo he sacado del agua’” (Ex 2,10). El texto juega con la ambivalencia del verbo ‘mashah’, “sacar”, que tiene un plus de significado, ya que es un verbo que también significa “salvar”.
Moisés, nuestro maestro
En hebreo, el participio del ese verbo –’mosheh’– coincide con el nombre del legislador que será el protagonista de la epopeya del Éxodo, la figura señera de Israel (“Moisés, nuestro maestro”, dice la tradición judía). Sin embargo, los especialistas están de acuerdo en que el nombre “Moisés” en realidad tiene un origen egipcio. De hecho, está ya presente en nombres tan típicos egipcios como Ramsés o Tutmosis. En esos nombres se perciben los de dos dioses –Ra y Tot– y una raíz –“mss”– que en egipcio significa “engendrar”. El sentido de los nombres es claro: “Ra ha engendrado”, “Tot ha engendrado”.
Así pues, desde un punto de vista puramente filológico, “Moisés” sería la parte de un nombre egipcio que perdió la referencia a un dios en cuestión, pero su parecido con la palabra hebrea ‘mosheh’ –participio del verbo “sacar”– lo hizo idóneo para el héroe del Éxodo, donde el Señor, por su medio, saca/salva a Israel de la opresión de Egipto.