Los laicos
Con el día de Pentecostés se cierra el tiempo pascual y son muchos los movimientos laicales que visibilizan su compromiso cristiano en las vigilias o celebraciones que se organizan por todo el mundo. El papa Francisco, que hace 2 años se reunión en el Circo Máximo en esta jornada con carismáticos de todo el mundo, ha vuelto a tener una audiencia el sábado con representantes de la organización caritativa de la Renovación y hablando sobre su compromiso ha subrayado que “el testimonio necesario de la evangelización del mundo”. Para el Papa, “evangelización que no es proselitismo sino, principalmente, testimonio de amor”, y por eso “es lo que llama la atención a los que se encontraban con los primeros cristianos”, “evangelizar es amar, compartir el amor de Dios por todos”, añadió.
En la vigilia en la Plaza de San Pedro, también se concentraron muchos agentes laicales de la diócesis de Roma y de muchas otras entidades internacionales. A todos invitó el pontífice a “tomar el Espíritu de la mano y lo traigamos al corazón de la ciudad para escuchar su clamor, su gemido”, dejando que el Señor “nos tome de la mano y nos haga ‘bajar’ entre los hermanos que viven en nuestra ciudad, para escuchar su necesidad de salvación, el grito”. Una bella forma de presentar el compromiso cotidiano de los cristianos en tantos campos de transformación social.
En la misma línea, con unas cuantas metáforas de las que se convierten en titulares, Francisco en la misa del día volvía a la misma Plaza de San Pedro para clamar que “quien vive de acuerdo con el Espíritu, trae paz donde hay discordia, armonía donde hay conflicto. Los hombres espirituales rinden bien por mal, responden a la arrogancia con mansedumbre, malicia con bondad, ruido con silencio, charlan con la oración, derrotan con una sonrisa”.
El congreso
El Vaticano II ha dado un impulso decisivo a la teología de los laicos y a la eclesiología del Pueblo de Dios que está en el trasfondo, entro otras cosas, de la sinodalidad que trata de impulsar el papa Francisco. Esta nueva reflexión tuvo que enfrentarse a realidades que parecieron perder su identidad por no saber redefinirla en el nuevo esquema eclesiológico.
Una de esas realidades, a lo mejor, fue la de los llamados ‘curas obreros’ –también restituidos tras una primera fase que acabó con una supresión oficial por Juan XXIII– que trataron de fusionar en su ministerio y su misión los bloques ideológicos que dividían entonces el mundo. Estos días una cuarentena de ellos han celebrado un encuentro en Baviera (Alemania). Una tercera parte forma parte de los movimientos laicales relacionadas con la problemática del trabajo. Además, practican un entendimiento ecuménico, porque entre los congregados hay también pastores anglicanos y protestantes de Reino Unido, Francia, Bélgica, Italia, Alemania y España.
Entre los participantes en el encuentro que lleva por tema en esta edición ‘¿Cómo nos ha transformado la opción-experiencia del trabajo?’ ha estado Julio Pérez Pinillos, que también forma parte de las redes de los llamados ‘curas católicos casados’. Como algunos otros curas franceses y españoles que estaban en Vallecas trabajó en las fábricas. Y es que el origen se marca especialmente con la Misión de París que, tras la II Guerra Mundial, llevó a que el cardenal Emmanuel Suhard, a pedir a los sacerdotes que tomasen como lugar de evangelización y de testimonio las fábricas, las obras de la construcción, los hospitales o las periferias que surgían en torno a las grandes fábricas… Amparados también en las doctrinas marxistas que había asumido la Teología de la Liberación, al poco tiempo, muchos de los sacerdotes más implicados habían dejado de lado sus tareas ministeriales.
El Concilio fue un nuevo impulso y dicen las cifras que en España la experiencia llegó a contar con unos 800 curas obreros de los que apenas queda un centenar. El país Vasco sería un nuevo foco y luego determinadas zonas de Madrid o Andalucía donde se fraguaron sindicatos que plantaban directamente cara al franquismo. Ni que decir tiene que algunas de estas figuras señeras acabaron en la cárcel concordataria de Zamora. Allí se encontraron curas mineros, soldadores o agricultores.
El futuro
Muchos de los testigos de esta realidad han pasado de ser ‘curas obreros’ a ‘curas jubilados’ siguiendo los ritmos de la vida laboral. La evolución de los movimientos laicales, especialmente de la Acción Católica, también ha sido irregular en el último medio siglo.
El mundo ha evolucionado y el papa Francisco con su llamada a la ‘Iglesia en salida’, la mirada a las periferias sociales y existenciales de la sociedad o su condena enérgica del clericalismo en todos sus extremos ha rescatado lo esencial del mensaje de un movimiento que tiene que servirnos para mirar más en profundidad a llamada radical del mensaje evangélico y a desembarazarnos de cualquier ideología adherida en el tiempo.