Dependiendo del estudio que se revise, el lenguaje no verbal comunica entre el 55% y el 90% de las emociones y el pensamiento. Si definiéramos que sea el 50% ¿Cómo dejarlo fuera en una reunión de trabajo o de grupo parroquial, en una asamblea eclesial o en la celebración de la Misa; en una clase de secundaria o en una terapia y consulta médica?
¿Cómo percibir lo no verbal a través de la pantalla de un móvil o en un cuadrito de la plataforma que utilices? Hace un poco alguien me dijo en una reunión virtual: “por tu mirada veo que no estás de acuerdo”, al constatar que no respondía a su comentario, alguien le dijo: “está congelado…”, otro mencionó: “se le fue la señal…” y efectivamente, lo que realmente pasaba es que mi conexión de internet en ese momento era inestable. Mi mirada no tenía nada que ver con mi sentir en ese momento.
Un estudio de National Geographic menciona que inconscientemente, nuestro cerebro comienza a hacer un mayor esfuerzo para comprender las señales que recibe de la persona que está del otro lado, muchas veces haciendo intentos fallidos. Este esfuerzo se multiplica cuando hay una multitud de rostros en una misma pantalla, todos con señales limitadas y muchas veces confusas. Andrew Franklin, profesor asistente de ciber psicología en la Universidad Estatal de Norfolk, Virginia, afirma que “para alguien que es realmente dependiente de esas señales no verbales, el no tenerlas puede ser muy agotador”. [1]
Por eso muchas personas, que hallaban todo tipo de descanso en una reunión presencial en casa o en el templo, no ven con los mismos ojos una reunión virtual.
Tenemos el gran reto de comunicarnos ahora por estos medios, de generar experiencias a distancia y de experimentar en un mundo que no nos es tan familiar pero que llegó para quedarse. No por nada, el año pasado el Papa alertó sobre este fenómeno de la “virtualidad” diciendo: “Esta pandemia que hizo que todos nos comunicásemos también religiosamente a través de los medios, inclusive esta Misa, estamos todos comunicados, pero no juntos, espiritualmente juntos. (…) hoy ustedes tendrán, la Eucaristía, pero las personas que están en conexión con nosotros (tendrán) solamente la Comunión espiritual. Y esta no es la Iglesia”. [2]
Ciertamente la Iglesia no es lo que estamos viviendo pero, ¿era de la forma en que la vivíamos? ¿Tú que piensas?
* El autor es también Secretario Técnico del Proyecto Global de Pastoral 2031+2033 de la Conferencia del Episcopado Mexicano
[1] ‘Zoom fatigue’ is taxing the brain. Here’s why that happens‘, National Geographic.
[2] Papa Francisco. Homilía. Misa en Santa Marta. 17 de abril de 2020.