Iniciamos un nuevo año y comenzamos una nueva etapa, dejamos atrás 365 días con ilusión y renovadas fuerzas, esperamos que el año que inicia dé grandes bendiciones y metas, en el colectivo social se espera con renovada actitud que todo sea mejor, la esperanza es algo que no se debe perder jamás, pues al perderla, no nos quedaría nada.
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Por eso el énfasis de esperar siempre lo mejor en estos días que vendrán. El adagio nos recuerda que: “Lo mejor está por venir”. Ha pasado un año más de pandemia y se podría decir que el año que transcurrió fue más llevadero, las condiciones mejoraron un poco y aunque tuvimos que adaptarnos a una nueva realidad, logramos ver un cambio.
Seguimos viviendo con ese virus letal, el miedo continúa estando presente en nuestras vidas; sin embargo, hemos aprendido a realizar algunas actividades con las medidas de seguridad y eso ha renovado y fortalecido la confianza. Seguramente pasarán algunos años más para que podamos abrazarnos y tratarnos con esa cercanía entre nosotros.
Hoy por razones de seguridad sanitaria solo “chocamos” el puño o el codo. Nos hemos deseado un feliz y próspero Año Nuevo con distanciamiento social, nada más frío y más alejado de un sentir sincero. Y es que ahora la nueva variante Ómicron es lo que ha puesto una vez más de cabeza a la humanidad. El año que inicia será de grandes retos, un nuevo horizonte se vislumbra para todos y debemos enfrentarlo con valentía y fe, confiemos en Dios y en su generosidad, sintamos su presencia, dejemos que todo suceda en nuestras vidas con la compañía amorosa y misericordiosa de Nuestro Señor.
Un año nuevo de compromisos
Empecemos este nuevo ciclo con la fuerza espiritual que la fe nos da, entregando nuestros sueños y preocupaciones en las manos de quien todo lo sabe y todo lo puede, confiemos que cada momento Dios está con nosotros, siempre entre nosotros. El futuro nos va a deparar sorpresas y es que la vida es así, sorpresiva. Adaptarnos a los cambios es fundamental para continuar, de nuestra actitud depende que podamos continuar y seguir, hoy en día el cambio es lo constante.
El panorama podría parecer sombrío, las noticias y la información a veces nos quitan la ilusión, está en cada uno de nosotros darle frente a esas realidades. Tomar parte, involucrarnos y dar lo mejor, ayudar de manera positiva, si, por el contrario, criticamos, omitimos y le damos la espalda al problema, lo más probable es que nos quedemos en solo señalar el error sin ser parte de la solución.
Que este Año Nuevo, sea de compromisos, de involucrarnos en todo aquello que como personas y humanidad sea de interés colectivo: Temas como el medio ambiente, la migración, la pobreza, el amor. No es solo un buen deseo, debería ser el anhelo de todos nosotros.
Gran parte de la problemática radica en que las personas ignoramos o no tomamos partido en diferentes áreas que deberían ser de todo nuestro interés. Mis mejores deseos para todos, que Dios siga mostrando su misericordia en nuestras vidas. “Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!” 2 Corintios 5, 17.