Con ocasión del solemne Tedeum que se celebra en Argentina todos los años en la conmemoración de la Revolución de Mayo, el cardenal Mario Poli hizo un nuevo llamamiento al diálogo. Ante las más altas autoridades nacionales, reiteró palabras ya muchas veces repetidas: necesidad de diálogo, consensos, acuerdos. Además del cardenal, otros obispos abundaron en el mismo reclamo. Ya son tantas las veces que se utilizan frases semejantes para dirigirse a la dirigencia política que las mismas palabras corren el peligro de sonar desgastadas y vacías.
Es inevitable que en el ánimo aparezca una sensación de inutilidad y hasta de hartazgo. Año tras año y en las más diversas ocasiones, los mismos mensajes. Sin embargo, es necesario no caer en la tentación de abandonar el esfuerzo, porque las palabras son las mismas, pero los tiempos y los desafíos cambian.
Actualmente aparecen en el horizonte algunas inquietantes señales que expresan ciertas dudas sobre la democracia republicana. En Argentina, como en otras partes del mundo, comienzan a escucharse voces que ponen en duda las reglas de juego democráticas. El cansancio que provoca la ausencia de soluciones alienta peligrosas ideas en las que es fácil adivinar aquellos tonos autoritarios de otros tiempos. Adquieren entonces nueva importancia las palabras tantas veces repetidas: “diálogo”, “justicia”, “república”, “derecho” y muchas otras, no son palabras vacías, están cargadas de historias, esfuerzos y también de la sangre de quienes han luchado y luchan por ellas. Es importante repetirlas.
Citando al Papa Francisco, el Cardenal Poli señaló: “Cada renovación de las funciones electivas, cada cita electoral, cada etapa de la vida pública es una oportunidad para volver a la fuente y a los puntos de referencia que inspiran la justicia y el derecho. Estamos convencidos de que la buena política está al servicio de la paz; respeta y promueve los derechos humanos fundamentales, que son igualmente deberes recíprocos, de modo que se cree entre las generaciones presentes y futuras un vínculo de confianza y gratitud” (Jornada Mundial de la Paz 2019).
Un Gran Pacto Nacional
Más adelante, el prelado preguntó: “¿No será el momento de ir hacia un Gran Pacto Nacional con mirada amplia y generosa, que no sea funcional ni coyuntural, dejando de lado mezquinos intereses sectoriales?” E invitó a encontrar una propuesta superadora de todo partidismo y fracción para lograr “una propuesta que convoque a los principales actores de la política, que sean capaces de gestar una cultura del encuentro, con inteligencia, creatividad e imaginación, reunidos en una mesa de diálogo que acentúe las coincidencias y no tanto las diferencias”.
Nuevamente se trata de palabras que pueden sonar demasiado conocidas y hasta huecas, pero ¿acaso hay otras? El desafío consiste en llenarlas de significado, porque si no lo hacemos aparecerán otras palabras que parecen nuevas solo porque hace tiempo que no se escuchan, pero que en realidad son más viejas, y ya se sabe a qué experiencias de oscuridad conducen.
Ya finalizando el Cardenal Poli expresó que se trata de una gran aspiración que “es posible que encuentre piedras en un camino no conocido ni transitado, pero pertenece a la vocación de los hombres y mujeres aspirantes a la cosa pública, extender con audacia el límite de lo posible, siguiendo legítimas utopías”.