La esperanza nos da grandes lecciones y surge en los diferentes momentos de nuestra vida sorprendiéndonos, aparece como casualidad e ilusión para los incrédulos o escondida en forma de suerte para otros; sin embargo, quienes creemos y vivimos la esperanza sabemos que viene de lo alto y que se trata de un don, es un regalo de Dios y una caricia divina que cambiará nuestra existencia.
- DOCUMENTO: Texto íntegro de la encíclica ‘Fratelli Tutti’ del papa Francisco (PDF)
- LEE Y DESCARGA: ‘Un plan para resucitar’, la meditación del papa Francisco para Vida Nueva (PDF)
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
- Toda la actualidad de la Iglesia sobre el coronavirus, al detalle
La esperanza es un acto de fe, es el tiempo que transcurre durante un problema y aun así tener la confianza de que algo distinto estará por llegar. Es confiar que las heridas de la vida se curarán con la certeza de que habrá cicatrices.
Esperanza es tener fuerzas para intentarlo una y otra vez, superando nuestra propia resistencia, aunque nos haya abandonado el mundo entero. Es la luz que se ilumina en nuestro interior a pesar de la profunda oscuridad, es esperar lo que nadie espera.
Siempre he pensado que la palabra esperanza se puede ejemplificar de la siguiente manera: Al observar la transformación de una larva en capullo y después en mariposa.
Si ese pequeño animalito perdiera la esperanza en algún momento del proceso no podría alcanzar la grandeza y el privilegio de volar, tal vez no es consciente de ello, pero su actitud es la de esperar algo más y la esperanza tiene mucho de espera.
Luz en todo este tiempo de larga oscuridad
Su procedimiento es largo y doloroso, se arrastró, tuvo dificultades para alcanzar la rama en donde deberá hacer el capullo y posteriormente con no menos problemas, salir de ahí por un pequeño orificio; para cualquier observador es una prueba insostenible e injusta de la naturaleza hacia esas criaturas.
Esta evolución tiene un sentido y preparación para las diferentes etapas y así alcanzar el estado final, convertirse en mariposa.
¿Acaso la vida no es una constante transformación? ¿Será que Dios nos está preparando para fortalecernos en las diferentes etapas de nuestra existencia?
La esperanza es la confianza que necesitamos para alcanzar esa perfección. La vida de todos los seres humanos está rodeada de mucha incertidumbre y como creyentes es necesario que vayamos por este camino con esperanza.
La esperanza siempre será la luz en nuestras noches cuando las penas y las dificultades las hagan muy oscuras, porque tenemos la certeza y la confianza de que Dios cumplirá todas las cosas que nos ha prometido.
Ante los acontecimientos esperanzadores como la vacuna contra el Covid-19 comenzamos a ver un nuevo horizonte, la humanidad entera empezamos a ver ese rayo de luz en todo este tiempo de larga oscuridad.
Dios quiera que sea para terminar con todo esto, que se ha hecho tan largo, triste y doloroso.
“Y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado”. Romanos 5:5