JOSÉ LORENZO | Redactor jefe de Vida Nueva
Ahora que Madrid va a cambiar el nombre de calles y plazas, me atrevo a sugerir con más ilusión que fe que le dediquen una a Alberto Iniesta. Y en Vallecas, si puede ser. Las nuevas generaciones apenas le conocen, ni siquiera en esa zona de Madrid. Ignoro si Pablo Iglesias, el líder de Podemos, que presume de vivir en ese barrio madrileño, sabe quién fue ese pastor que, con otros hombres y mujeres de Dios, contribuyó a dignificar aquel arrabal al que llegaban de toda España los que huían de la miseria de la posguerra. Nadie desde que Robert Capa inmortalizara el dolor de ese barrio en la Guerra Civil puso tanto empeño en dar a conocer sus problemas y, lo que es mejor, solucionarlos.
Los nombres de las calles duran lo que la memoria y todas las generaciones tienen la tentación de rebautizar y reinventar, no siempre con acierto. La eclosión de la nueva política trae consigo la ingenua y peligrosa sensación de que hoy empieza todo, frase llena de posibilidades y que huele a segundas oportunidades, a mantra del que agarrarse para salir de un bache. Lo malo es cuando se ignora el pasado porque se cree que todo lo anterior es viejuno y solo la juventud tiene las soluciones.
Haría bien la política emergente en volver la mirada atrás para ver que antes que ellos, otros como don Alberto, enganchados al Evangelio, soñaron una utopía sin buenos ni malos. La libertad que respiran también se la deben un poco a ese obispo indignado. A él y a una parte considerable de aquella Iglesia, detalle que se olvida, cuando no se ignora directamente. De paso, tampoco le vendría mal recordar a una parte de nuestra Iglesia de hoy a aquel pastor menudo, al que ignora casi con ahínco, más preocupada por hacer malabarismos con la doctrina hasta dejarla seca de misericordia.
En el nº 2.972 de Vida Nueva
ESPECIAL ALBERTO INIESTA:
- EDITORIAL: Alberto Iniesta, profeta del actual modelo de pastor
- PLIEGO: Monseñor Iniesta, un obispo diez
- NOTAS AL PIE: Es la revista la que ha ganado altura gracias a él, por José Beltrán, director de Vida Nueva
- OPINIÓN: Las prisas de don Alberto Iniesta, por José Lorenzo, redactor jefe de Vida Nueva
- OPINIÓN: Una calle para Alberto Iniesta, por J. Lorenzo
- OPINIÓN: Don Alberto Iniesta, el abuelo de ‘Vida Nueva’, por José Luis Celada, redactor de Vida Nueva
- OPINIÓN: La huella de la bondad, por Carlos Amigo, cardenal arzobispo emérito de Sevilla (solo suscriptores)
- OPINIÓN: Los sueños de Iniesta, por Jesús Sánchez Camacho, profesor CES Don Bosco (solo suscriptores)
- ENTRE MARTA Y MARÍA: Pastor amoroso, por Emilia Robles, coordinadora de Proconcil (solo suscriptores)
- IGLESIA EN ESPAÑA: Madrid despide a Alberto Iniesta, un obispo “que siempre quiso vivir en el amor”
- IGLESIA EN ESPAÑA: Fallece Alberto Iniesta, pastor de la Transición