Rafael Salomón
Comunicador católico

Unidos con los que ya no están


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En México recordamos a quienes se han adelantado en el camino de la vida, son nuestros seres queridos quienes ya no están y a quienes extrañamos desde lo más profundo de nuestro corazón.



Para nosotros los mexicanos la muerte es solo un paso al más allá, pero eso no nos impide seguir unidos con quienes ya no están, los queremos tanto, que este día nos reunimos con ellos y les damos un lugar especial en la casa por medio de las ofrendas y colocamos aquellos alimentos que eran sus favoritos.

Se cree que en estas fechas, las almas de los seres queridos visitan la Tierra y por ello en cada casa se colocan altares con veladoras, papel picado de colores, calaveritas de azúcar, flores, pan de muerto, la comida y bebida favorita de los familiares, con fotografías que acompañan las ofrendas. La muerte para los mexicanos no representa distancia en tiempo ni espacio, es como si una nueva dimensión se abriera ese día tan especial y estuvieran con nosotros.

El recuerdo sobre el olvido

En algunos lugares la reunión se realiza en el cementerio, es decir; los familiares y amigos se reúnen en el campo santo para recordarles, es un día familiar en el que se recuerda a la persona, sus gustos y anécdotas que serán el motivo de la reunión. Se comerá y beberá en honor del difunto. El Día de Muertos huele a flor de cempasúchil y copal y hay música sobre las tumbas.

 

Día de muertos en un panteón de Oaxaca

Día de Muertos en un panteón de Oaxaca, México. Foto: EFE

Esta tradición milenaria es en ocasiones malinterpretada para algunas culturas, especialmente la europea, donde ven con horror estas prácticas. Sólo quienes hemos nacido aquí comprendemos que no se trata de miedo o terror; al contrario, desearíamos que nuestros seres queridos se pudieran manifestar por un instante, solo un momento nos bastaría para abrazarles y volver a estar con ellos.

México tiene dos días de los muertos, según la tradición, el 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, está dedicado a quienes murieron cuando eran niños y el 2 de noviembre es el Día de los Muertos, dedicado a los adultos. Es un día de celebración a la vida, a la memoria que privilegia el recuerdo sobre el olvido de quienes estuvieron entre nosotros.

“Ni la muerte los podrá separar”

A quienes amamos no olvidamos y eso es una realidad, siempre estarán, es tan profundo el amor que sentimos por nuestros familiares que los llevamos en todo momento en nuestra mente y corazón, solo se muere cuando se olvida, y nosotros nunca los olvidaremos. Se trata de una forma poco comprensible de entender si no eres mexicano, este día se celebra y se vive como si una vez más todos estuviéramos juntos.

La promesa de la vida es la muerte y debemos tener una relación saludable con las pérdidas, aceptando que es el final de la vida en este plano terrenal, pero el amor que sentimos por quienes amamos es tan grande que no se trata de negar la realidad, es comprender que desde un plano espiritual nuestros familiares fallecidos vienen a estar con nosotros.

Ellos emprenden un viaje y deben regresar de donde salieron, creo que es muy hermoso pensar así, es su esencia la que vuelve por unas cuantas horas y esto reconforta el alma. Muchas familias se reunirán entendiendo que ni la muerte los podrá separar, es mucho más que un pensamiento, lo creemos y lo demostramos cada Día de Muertos.