“Uno de los nuestros”


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José Lorenzo, redactor jefe de Vida NuevaJOSÉ LORENZO | Redactor jefe de Vida Nueva

“La endogamia no es buena; nos aísla de la realidad y nos lleva a ver y oír tan solo lo que queremos…”.

Hay una diócesis en la que, a través de un blog anónimo gestionado por lo que parece ser uno o varios sacerdotes despechados, se ha pedido a los Reyes Magos “un obispo normal”. El titular de esa sede, según me cuentan unos sacerdotes mayores a los que ninguna ambición les nubla ya el juicio, es, simplemente, una buena persona, sencilla, atenta a los problemas de sus fieles, humilde, respetuosa, que sabe encajar las críticas, aunque le duelen las descalificaciones personales, y poco dada a los agasajos y adulaciones que siempre rondan a los que detectan cualquier tipo de poder. ¡Ah, y alérgica a las estridencias y griteríos que en su condición a uno le aseguran primeras planas!

A primera vista, estos atributos sí parecen síntomas de una cierta normalidad, por lo que asusta pensar en el biotipo episcopal que tienen en la cabeza esos individuos que se parapetan en el anonimato para sembrar cizaña y división. ¿Habrá de ser su pastor ideal mala persona, soberbia, presuntuosa y lo suficientemente moldeable para que satisfaga las ambiciones de quienes formen su corte? ¿Era esa la “normalidad” del anterior obispo que les mantuvo mudos durante años?

Hoy, más allá de que en el molde del pastor (o sacerdote, o laico, o religioso, o incluso periodista) se dé un pleno al quince de todas las características prefijadas por cada uno como “ideales”, lo que se busca es que sea “uno de los nuestros” –así se dice, tal cual, en poderosas curias–, es decir, de “probada doctrina”, gente fiel, a prueba de tibiezas sentimentaloides, listos para obedecer cualquier indicación que requiera “nuestra” causa, como los muchachos de la película de Scorsese, salvadas las distancias, claro está…

Por eso, cuando se organiza cualquier acto, jornada, seminario, conferencia, conmemoración…, ¿a quién se llama? La consigna es: “A uno de los nuestros”. ¿A quién se facilita información, rompiendo el imperante guión de La ley del silencio, otra cinta mítica del género? “A uno de los nuestros”…

La endogamia no es buena; nos aísla de la realidad y nos lleva a ver y oír tan solo lo que queremos, con la consiguiente pérdida de facultades, de agilidad y frescura.

En el nº 2.832 de Vida Nueva.