A pie de calle

Ianire Angulo Ordorika
Profesora de la Facultad de Teología de la Universidad Loyola

Cuidar, asignatura de primero de la carrera de Amar

Entre las peculiares habilidades que me caracterizan se encuentra la desconcertante capacidad de matar incluso a las plantas de plástico. No sé si echarle la culpa a mi condición de urbanita irredenta, a la absoluta ausencia de plantas de cualquier tipo durante mi infancia en la casa familiar o, simplemente, a una innata torpeza para

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El deseo de poder y el germen de Herodes

Últimamente, ver las noticias es un verdadero acto de resistencia, porque resulta demasiado sencillo perder la fe en la humanidad. La actualidad política tampoco ofrece un rostro mucho más halagüeño y comentarla daría para más de una entrada de blog. Una cosa que me resulta bastante evidente cuando miro a políticos de uno y otro

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Colorear la existencia

Siempre he sido un poco torpe a la hora de describir los colores. Se escapa de mi dominio esa infinita gama de calificativos que distinguen, por ejemplo, los tipos de azules, más allá del celeste y del marino. Hace poco, además, he sabido que hubo una época en la que se puso de moda calificar

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Vivir como creyentes

Hay veces en las que parece que todo lo que sucede alrededor es como piezas de un misterioso rompecabezas que encajan de manera natural, como melodías aparentemente distintas pero que configuran la misma sinfonía. Así, frases y momentos que parecen no tener ninguna relación entre sí me resuenan como si estuvieran estrechamente relacionados. PODCAST: Acompañar

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Es mío, mi tesoro

Hay situaciones que, por mucho que desde fuera parezcan bastante poco importantes, se convierten en verdaderos dramas personales. Algo así me sucedió el otro día cuando, estando en misa, me di cuenta de que no tenía puesto el anillo de mi profesión perpetua. No os podéis imaginar el vuelco que me dio el corazón, la

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Israel y gaza: rostros y colores

Estoy convencida de que los seres humanos nos acabamos acostumbrando a todo, incluso a lo más espantoso. Se trata de una mera cuestión de supervivencia, por más terrible que sea, porque no es posible vivir todo y siempre con el mismo nivel de intensidad. Está claro que nada es gratis y todo acaba pasando factura,

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La casa de Zaqueo

Hace un tiempo que, por distintas circunstancias, le estoy dando muchas vueltas a lo que implica la ‘casa’. Y no me refiero a las preocupaciones que asaltan a la mayoría de la gente por lo difícil que es encontrar un lugar donde vivir, por la locura de los precios o por lo complicado que resulta

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Idiomas, querida

Entre los muchos ámbitos en los que una servidora es especialmente torpe están los idiomas. Está claro que la condición de biblista se pone en evidencia por la facilidad con la que me relaciono con las lenguas muertas, hasta el punto de asesinar aquellas que aún siguen hablándose. Precisamente por esta conciencia de mi limitación,

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El hospital de campaña era esto

El domingo pasado viví una escena bastante curiosa cuando fui a misa. Al entrar en la iglesia antes de la celebración, me di cuenta de que había una mujer tumbada en un banco, mientras un señor le daba aire con un abanico y una chica más joven estaba junto a ella. La escena era serena,

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Ferméntate: sí, tú

No tengo ningún reparo en confesar públicamente mi ignorancia. Me gusta aprender y, como hay tantas cosas que desconozco, no dejo de tener oportunidades para ello. En estos días he estado en El Puerto de Santa María impartiendo un seminario y, además de disfrutar de los encantos de Cádiz y de su bahía, he aprendido

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