Esposa, madre y viuda, protagonista de muchas historias de superación en un momento de grandes vaivenes políticos y educativos. Maestra, directora, religiosa y fundadora, Alberta Giménez es una de las caras más visibles en la dignificación y crecimiento de la educación femenina en Mallorca, enseña de una visión moderna de la educación católica, abierta a las nuevas tendencias pedagógicas, y que incorporó desde muy pronto una preocupación por la formación de calidad de las nuevas generaciones de docentes, legado que su congregación, Pureza de María, ha mantenido y expande.
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Alberta es protagonista de un legado poliédrico que no se quedó en Mallorca y que no ha dejado de crecer, presente ya en tres continentes: Europa, América y África. Una historia de fe, enraízada en la espiritualidad ignaciana, y de confianza: “Vuestra Providencia me ha puesto en el mundo, la educación me ha enseñado a vivir. ¿Cómo os daré gracias por tantas bondades?”.
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